lunes, diciembre 17, 2007

pobres y no pobreza



A medida que la política y la economía se vuelven cifras yo más pienso en los ojos de los pobres, en esos ojos rojos que siempre tienen y que yo siempre les miro con insistencia, porque mirar sus ojos es ver una huevá distinta a todo lo demás, a todo lo que sale y no-sale en la tele. Los miro, una vez más, porque no puedo no mirarlos. Y veo en ellos no a la pobreza, sino a los pobres.

Y si a uno le dicen que la huevá bajó no-sé-qué-porcentaje o subió-menos-que-no-se-cuanto, no vale nada al lado de esos ojos que se me ocurren rojos por no dormir, rojos de tanto llorar, o peor, rojos de tanto no-llorar. Se aguantan las ganas empuñando una escoba envueltos en traje naranjo, encaramados en la obra con el casco amarillo, con el pelo mojado quedándose dormidos en el calor de la tarde y la micro, vendiéndole completos a los vecinos, saliendo de la casa muy temprano para encaminar a la escuela a niños que ya tienen también los ojos rojos.

De manera que cuando se me ponen los ojos rojos de sueño, de llanto, de fiebre o hasta de rabia, aprovecho de mirarme al espejo y de conocer -y memorizar- la pobreza de mi rostro, mi propia mirada de miseria, y entonces me calmo un poco, porque al fin estoy cerca-cerca de los pobres que amo, soy también pobre.

(María no tiene tiempo de alzar los ojos,
María, de alzar los ojos rojos de sueño,
María, rojos de sueño, de andar sufriendo, (...)
María solo trabaja y su trabajo es ajeno
)

Foto: Isil-Ando (isil-ando.deviantart.com)

lunes, diciembre 10, 2007

tudo se compõe e se decompõe

Uno tiene apenas parte de lo que quiere, y de hecho tiene parte de lo que no querría ni a palos. Y ni terrible ni nada, apenas motivo de constatación, los amores imposibles y las hermosas historias de amor conviven en uno mismo, la frustración y el éxito, miseria y gloria, afecto y asco.

Se vive en medio. Quien sostenga aspirar al éxito o sufrir el definitivo fracaso es decididamente huevón o miente.

E o homem que está ao volante nem olha pra trás... aperta os olhos, solta a fumaça e pensa: tudo se compõe e se decompõe.

martes, noviembre 20, 2007

volver a escribir



Necesariamente hubo que volver a leer, volver a unos poemas a los que no debe volverse, a una novela de Oé, a unas canciones, a unos correos que no deben volver a leerse. Todo eso fue primero.
Escribir fue respuesta. Como una posición que se adquiere invadido por un mundo interior y otro exterior que ya no más, y entonces queda escribir.
Única opción. Y cantar lo escrito, y leerlo o enviarlo, vendrá después; pero primero esa escritura como vómito, como secreción indecible de un humor que el cuerpo ya no sostiene dentro (y quien sabe si "dentro" es lo que habría que decir) y entonces, escribir.
Y es cierto que uno paga algo escribiendo, que se salva de algo, de sí mismo, que "ni la pobreza parece atroz ni el poder una cosa deseable", que uno se muere por su cuenta al escribir. Pero lo mismo se moriría uno si en lugar de escribir se sentara en una plaza a contemplar la propia muerte, si se arrancara uno los ojos de miedo, si se atreviera a llorar a gritos, a beberse varias botellas de whisky, si uno se enterrara un sable japonés en vez de un libro.

Y algunos lo hacen, pueden hacerlo. Felices ellos.
A mí no me quedó otra. Yo escribí.

viernes, octubre 26, 2007

manifestación de científicos (nunca pensé que viviría para ver algo así)



Hoy a las 11:00 en punto un número sorprendente de científicos chilenos de todas las áreas, viejos y jóvenes, estudiantes de pre y postgrado, profesores y premios nacionales nos reunimos afuera del edificio de CONICYT, en una manifestación de la comunidad científica chilena actuando políticamente y en bloque que yo no pensé que vería jamás en mi vida.


Más allá de la discusión presupuestaria que gatilló este movimiento, del debate en que realmente nadie entiende cómo se le pudo ocurrir a alguien siquiera sugerir la idea de rebajar los fondos con que cuenta la única institución del estado que con medios precarios intenta financiar la investigación de más alto nivel en nuestro país; más allá del cambio de opinión de los ministros y de la decisión que tiene en sus manos la comisión mixta de presupuesto, me impacta el fenómeno social, la participación, la lección de civilidad.

Había cerca de 400 personas: entre todos facilmente se sumaban como 3200 años solamente de estudios universitarios, por lo menos 20 profesores de más de 70 años, un par de decenas de mujeres embarazadas, 5 ó 6 mamás con sus guaguas, cero desmanes, cero gritos provocadores, un solo discurso: el Dr. Jorge Babul, representante de las sociedades científicas de Chile diciendo "esta no es una manifestación en contra de nadie, es una manifestación EN FAVOR de nuestros amigos de CONICYT, para que se sientan apoyados por la comunidad científica y podamos mostrarle al país la NECESIDAD de invertir más en ciencia fundamental, y no menos. Nos manifestamos aquí no para protestar ante CONICYT, sino porque esta institución es nuestra casa".

Amén.

domingo, septiembre 23, 2007

asirse



Mire usted esta neurona, dentro de su cabeza hay millones como esta, en contacto una con otra. Impensables seres eléctricos, organizados para responder a la realidad aparentemente inocua que le rodea: usted. Al fin y al cabo, no se puede mirar la realidad sin una dosis de feroz sospecha. Sobre todo cuando se constata que la propia realidad está llena de sobresaltos, de impredecibles, de surrealismos. No se puede vivir en la pretensión de que al otro lado del tejido baboso de la realidad no hay otros que experimentan el mismo desconcierto ante sus propias vidas.


Esto lo digo pensando en que hace unos días iba leyendo la realidad colgante (y que después ya no cuelga, sino que cae) de Manuel en el último libro de Simonetti, y levanté la vista al pasar frente al kiosco de diarios, para constatar que un congresista gringo había demandado a Dios por causarle daño a la humanidad con miles de catástrofes naturales. A continuación tomé esta foto y no pensé en esto hasta ahora: el equilibrio no es solamente un estado precario, sino imposible. Cualquier día un tarado se pasa una luz roja y nos vuelve una masa oscura. O bien, al revés, una masa oscura se pasa la luz roja y comienza a crecer y crecer dentro de, por ejemplo, su pulmón derecho. Pero incluso antes de éso, mucho antes; digamos, ahora mismo, percibe usted el frío de la tarde, la necesidad de comer, la sequedad de las manos (de esa parte de las manos donde se pliegan exhibiendo el borde de unos huesos alineados en lo que hemos llamado nudillos), la sospecha de que no solamente las cosas no se muestran en su totalidad, sino de que tal mostración es absurda, imposible. La sensación de que el misterio insondable es el aquí y el ahora, el dónde, el cómo. Y un como vértigo, y luego estirar las manos para penetrar el tejido baboso de la realidad y preguntar, ¿de quién es esta mano?, hallarla y asirse a ella como si nada más. Como si nada más.

viernes, agosto 24, 2007

trasnoche

Puro texto, nada de fotos. Ya estaba bueno escribir algo. Aún cuando son la 1:26 de la madrugada y yo aún no estoy en casa, sino en esta árida habitación blanca, haciendo ciencia de trasnoche. Hay mucha luz porque están todas las luces encendidas. Afuera la oscuridad, al mismo tiempo, disimula el grupo que se amontona junto a un auto de donde salen alternativamente música y botellas. A dos puertas de aquí, el Dr. Sánchez también trasnocha: está viendo Bob Esponja. A esta hora no hay por qué inventar nada para hacer un relato surrealista. En cuanto a mí, ya terminé de sembrar neuronas así que me puedo ir a casa, al menos por un rato, hasta que mañana temprano tenga que volver a esta habitación blanca y así sucesivamente por todavía un par de años más. Las noches surrealistas, en todo caso, casi amortiguan la condena. Camino por el pasillo hacia la salida. El Dr. Sánchez se despide ("buenas noches, capitán") y yo me llevo la mano extendida a la ceja derecha en ademán de milico. Francamente, habría que decirlo, estamos cagados.

lunes, julio 30, 2007

del otro lado



Es difícil para mí (iba a poner "imposible", pero quién sabe) no concebir la realidad como de dos lados, y cuando digo esto no me refiero a los típicos dualismos occidentales de los que de seguro estoy lleno, sino a una cuestión muchísimo más física (libro que viene antes del otro best-seller de A.). Digo, lados de la realidad concreta y corporal, unidos por cordelitos que los sincronizan, o algo así. Lados opuestos del calcetín que muestran derechos y reveses de las mismas costuras. Me acuerdo de H.: "sin embargo, te advierto que estamos cosidos a la misma estrella", aunque quizás a lo que estamos cosidos es al remiendo de una papa. Me acuerdo de M. y el niño ardiendo en fiebre que transitaba entre este y el otro lado del calcetín, donde las cosas seguían el orden del alfabeto en vez de esta distribución errática a lo Heisemberg.

Es difícil para mí no estar convencido de que estamos sobre una realidad plegada en varias partes, sobre todo cuando veo los hilos de las costuras de uno y otro lado, y me encuentro sincronías y coincidencias, y me parece poder palpar los cordelitos que ven entre un lado y el otro. Y a veces me dan ganas de darle unos tirones, a ver qué pasa. No solamente por si alguien responde (que lo hace), sino por ver si de pronto una inversión, un flip-flop o algún tipo de traslocación me lleva de frente a lo que siempre se me ha escapado, que sé que está allí. Pero dónde, cómo es allí.
No estamos solos.

PD: Se viene un concierto el 9 de agosto, a las 22:00. ¿Un concierto de qué? Déle una oída a estas canciones.

miércoles, julio 18, 2007

haz ruido


En la parte inferior del menú lateral encontrarán un mostrario del disco de canciones de John Lennon "Make some noise" producido por Amnistía Internacional, en campaña para proteger el pueblo de Darfur en Sudán. Los invito con mucho afecto a firmar ahí mismo la carta en que muchas personas pedimos a los gobiernos involucrados y a Naciones Unidas detener la matanza y la miseria que asolan a nuestros hermanos en Darfur. Pueden encontrar más información en la web del proyecto Make some Noise, o en la web de AI, entre mis links.

Entérate, indígnate y actúa.

el famoso desalojo (y su falacia ad hominem)

También los países y sus democracias tienen juventud y madurez, también las naciones aprenden a ser tales, y tras eventuales traspiés, se levantan, se sacuden (miran a todos lados constatando que todo el mundo se dio cuenta) y, vista al frente, re-emprenden la tarea de descubrir quiénes son, qué quieren hacer, cómo quieren vivir.
No me parece que la transición de Chile a la democracia haya sido especialmente larga, toda vez que su tiempo es histórico, y no está en la escala de una generación. Aunque vaya si lo quisiéramos. Y cuando terminó de cumplir sus 15 años, se acabó. Con Lagos terminó la transición. Pinochet no fue a la cárcel, pero fue procesado y todos los políticos se alejaron poco a poco de su figura. Un valiente comandante en jefe del ejército se atreve a decir, o lo intenta, todas las mínimas palabras que siempre hubo que decir y que otros no supieron cómo. Los crímenes son perseguidos, se recoge el testimonio de los torturados, se revindican lugares históricos, se erigen estatuas que ponen en su sitio a los héroes.

Pero con la presidenta Bachelet es otro el tiempo que comienza. De seguro menos glorioso y emancipador, porque se trata de renovar el pacto social y de responder qué haremos con esta democracia y esta libertad que ya nos conquistamos y estabilizamos. Y no creo que eso sea malo, todo lo contrario, es el paso siguiente que hay que dar necesariamente. Por eso encuentro raro y me da como vergüenza el tono de las críticas que se han hecho sobre ella, porque parece olvidar cuál es la propuesta que su gobierno hace a la nación chilena: un gobierno ciudadano. Propuesta con la que uno pudo discrepar y votar por otro candidato, o adherir y votar por ella, tal y como funciona en general la democracia.
En este tiempo y con esta promesa no se entendería un liderazgo como el de Lagos, un discurso centrado en que la-señora-Juanita-puede-estar-tranquila. Lo que uno espera es que se le diga a la sra. Juana (que no entiendo por qué habría que llamar Juanita) "esto es lo que está bien en el gobierno y esto otro es un asco, y vamos a hacer esto para arreglarlo", porque ¿cómo va a sentir la señora que el gobierno es suyo, si todo es secreto? Ahora, obviamente eso trasmite muchísima menos seguridad que el tono monárquico de otros gobiernos, pero a mí por lo menos, el tono de autoridad del Presidente de la República me importa un rábano, siempre y cuando pueda ver que se avanza institucionalmente en la dirección que yo-elector decidí al votar.

Todo esto para decir por qué sospecho de la idea del “desalojo” de Allamand y sus colegas. A la base de su libro y de su consigna está la tesis en que la Concertación lleva 17 años gobernando y el país no ha avanzado como debiese, que las ideas en la Concertación se agotaron y que el mejor modo de acabar con la corrupción y con el estancamiento es que se vayan para su casa y la Alianza gobierne. Todo esto, pese a que a) el desprestigio de los políticos es generalizado y no podría decirse que estar en el poder haya socavado especialmente a la Concertación, sino que ambas coaliciones han caído juntas, b) nunca jamás la Alianza ha demostrado ni presentado alguna innovación interesante que signifique una diferencia cualitativa con los gobiernos de la Concertación, ninguna diferencia metodológica, ninguna idea al centro de los planes de Chile para los próximos años que se aparte un ápice de las que el gobierno ha manifestado (y entonces, ¿la mejora va a venir de sus superiores cualidades personales?, ¿no será mucha la fe que habría que invertir en ello?, digo, ¿no será mucho pedir?), y c) hasta aquí, más que una alternativa la oposición ha sido una oposición (lo que parece lógico semánticamente, pero es una aberración política), ha pugnado por convertirse en una barrera lo suficientemente grande para bloquear toda iniciativa que pudiere hacer parecer que la Concertación gobierna bien.

No es verdad que el gobierno haya sido eficaz y exitoso, al revés, creo que últimamente ha pisado muchísimas veces el palito. Me preocupa pensar que la presidenta ceda cada vez más a la tentación de lanzar grandes proyectos sin todas las garantias necesarias, que se desordenen las prioridades bajo la sola premisa de ganar en el parlamento, de sacar adelante un proyecto a cualquier precio. Temo que ese tipo de torpezas y desórdenes (como el Transantiago, algunos planes regionales, como el anuncio y estancamiento de la agenda proPYME) terminan por pavimentar el camino a tesis como la del desalojo y nublan la perspectiva general, reventando la capacidad del gobierno de llevar a puerto su propia agenda de desarrollo y protección social. Sin embargo, me parece gravísimo (aún más grave) que esta torpeza sea ayudada por zancadillas de la oposición y aprovechada por libros como el de Allamand para sacar dividendos electorales. Me parece terrible porque penetra en los medios y se instala en la opinión pública una imagen distorsionada y descontextualizada de la realidad política del país que olvida que los pasados 15 años llevamos a cabo un proceso que se cerró con éxito, que estos 2 años han sido el comienzo de algo nuevo y que propone un nuevo modo de hacer política, y lo peor, porque el libro es la expresión de un mostrario cotidiano de política mediocre donde las elecciones no se ganan por mérito, sino mostrando que el otro lo hace mal (aunque uno lo haga pésimo), y el rol de la oposición no es colaborar desde otra perspectiva a la construcción del país que queremos, sino gobernar a cualquier precio.

Alguien ha dicho que el título del libro de Allamand y su foto del frontis de La Moneda es desafortunado porque evoca el golpe. A mí más bien me parece que todas las bases, el desarrollo y los alcances de su idea son una exhibición gore del estado del debate político en Chile, y más bien nos permiten entender fácilmente por qué, pese a los errores y los vicios, la Concertación sigue y seguirá gobernando nuestro país.

sábado, julio 14, 2007

cuerpo y enfermedad

El velo semitransparente del desasosiego un día se vino a instalar entre el mundo y mis ojos. Yo estaba empeñado en no ver lo que ví, pero a veces la vida es más compleja de lo que parece. (D.)


Y no fue planificando con calma, ni en oración profunda, sino con gritos de pánico; durante la noche en vela, aferrándome a lo humanamente posible con una porfía animal y ridícula, corriendo a exceso de velocidad por mis límites, y finalmente estrellándome también contra mí mismo, contra mi estómago, y las náuseas, y el mareo, y el dolor de guata.
Y recién entonces ver que no. Saber que hay que detenerse, que dosificarse, que darse a manos llenas, pero no botarse a chorros, que no hay que hacer experimentos con el estómago apretado, sino con la cabeza clara.
Es difícil separar aguas, ordenar los afectos, poner en obra lo que uno proyecta y aconseja a otros. A veces el cuerpo ayuda, le pone a uno un muro infranqueable, te hace vomitar y te lanza lejos. Para que vuelvas cuando te puedas hacer cargo de tí mismo. Es difícil sobre todo cuando uno es un párvulo creyéndose adulto, cuando me empeño en no ver. Pero la vida es más compleja de lo que parece.

domingo, junio 24, 2007

volver a casa



"No es lo mismo estar solo que estar solo

en una habitación de la que acabas de salir" (dice L. y tiene tanta razón).

Y lo dice mientras uno está tratando siempre de aferrarse, de no soltar aquello que sin duda se va, se va, se fue. De no dejar caer esa como agüita que nos dejaron entre las manos y que vamos perdiendo de a poco todo el rato. Y cómo detenerlo, qué hacer para no sentir que con esto que se va (o que se queda, y es uno el que se va) se raja una parte de uno. Y hay siempre una ausencia reciente o inminente, un vacío al acecho, una habitación de la que acabas de salir; y también esta tendencia a seguirte por las calles, corriendo detrás de una sombra o una sospecha, doblando en las esquinas por un olor, por una intuición indispensable. Estas ganas de regresar, y un acceso de cordura y de resistencia voluntariosa que apreta el acelerador hasta el fondo para llegar a casa antes de que el tirón sea insoportable. Volver a casa y sentarse aquí donde siempre, volver a escribir con cierta angustia -como debe ser, pienso mientras lo escribo-, con vértigo, con participación de tripas. Y esta vuelta trae otra vez los fantasmas y las sombras que siempre han estado al acecho de mi escritura, que babean literatura encima de todas mis pertenencias. Es de noche y hace frío. Como siempre, siento que esa como agüita se-me-arranca/se-me-arrancó entre los dedos y hasta entre las palmas. Sentado aquí escribiendo, sé que esta angustia por la habitación vacía es mi modo de tener miedo y de volver a casa.

jueves, mayo 31, 2007

porque escribí

("Pero escribí, y me muero por mi cuenta
porque escribí, porque escribí estoy vivo" L.)

Puede haber sido la lluvia. Sí, seguro que fue la lluvia, y caminar debajo de ella (de la lluvia) como una sombra contenta, como una sombra. En las orejas Luar na lubre, en una mano el bolsillo y en la otra el maletín de cuero. En la cabeza la memoria fresca de la historia confusa de Julián y su espera (y sus árboles grandes y chicos), y la recaída en la psicosis infantil de sentir la propia vida como un relato, un relato ajeno: caminar hacia el metro -debajo de la lluvia- como una sombre contenta, como una sombra. Sobre todo, resulta tremendo saber, de pronto tener la certeza (aunque sea una certeza chica y antiquísima, siempre la misma) de que uno es más confuso y menos urgido que la otra gente del vagón, que la solución a esta angustia que uno trae apelotonada en la garganta (y su causa) no es el estrés -que lo hay-, ni el cansancio, ni la incertidumbre. Saber (y aferrarse a esa rama del árbol chiquitito) que la enfermedad es no-escribir, que uno está pálido, triste y cagado de frío porque hace tiempo que no escribe, y no se puede vivir así. Y ahora mismo, saber que mientras se escribe también se está cagado de frío, y un poco triste, y un poco pálido, pero es otra cosa. Una manera absolutamente distinta de estar igual que antes. Seguro que la lluvia (los cordelitos de agua) tiene que ver, y mañana en la mañana cuando camine otra vez por los mismos sitios voy a ser una sombra menos contenta y más oscura, una sombra que escribió.

martes, abril 10, 2007

el manzano


Había que volver a despertarse con el ruido de un pito sonando en el silencio del bosque, o al menos con el ruido que hace el subguía de la patrulla de guardia cuando viene a buscar a quien lo ayude con el desayuno. Volver, ya entrada la tarde a internarse en lo tupido del bosque subiendo y subiendo el cerro en un via crucis sencillo y profundo, que refresque la experiencia de Jesucristo y les sacuda tantos años de ritos repetidos. En la noche había que volver a caminar en la oscuridad, jugar, acompañar una vela de armas, recogerse en torno al fuego rodeado de amigos entrañables. Había que volver a vivir unos días en medio del bosque en el centro de un espíritu que uno quiere más que su propio centro, porque cuando uno ha jurado bajo las estrellas que quiere vivir así fielmente y no desanimarse jamás, lo ha dicho en serio, y no importa si la aventura empezó hace ya 20 años, la promesa sigue en pie y las necesidades siguen siendo las mismas.


lunes, marzo 26, 2007

babel

La visión de aquella película (o "la mostración de aquella película"), haberla visto, vino a decantar otras mostraciones que emergieron durante la semana y que si no me hicieron llorar a gritos, fue solamente porque eso era lo que yo quería: llorar verdaderamente a gritos, y no podía cumplirse así-tan-fácil.

Hace años, en la esquina de Portugal con Carabineros de Chile, hay un niño que vende papas fritas naturales (paquetes plásticos de tres tamaños) y que parecen pequeños coladores (son planas y con hoyitos). Una vez compré un paquete de quinientos pesos y me fui comiendo papas fritas, y algo que quizás fue la suma del aceite que me embadurnaba los dedos y de la forma-de-colador que las papas tenían, me perturbó todo el camino, y cada papa que me comía fue como si algo de mí estuviese siendo colado a través de ese cedazo miserable y aceitoso. La ex-esposa de M. lo demanda, pone a sus hijos en su contra y le envia anónimos amenzantes, él no quiere involucrar a los niños y cede permanentemente para que nadie sufra lo que ya ellos sufren por el fracaso que supone el fin de la familia. Él pone todo de su parte, invierte toda su plata, posterga su vida amorosa; ella lo demanda y solicita el auxilio de la fuerza pública. Un pueblo entero pone su confianza en su pastor, reconoce que más allá de las diferencias políticas, Dios ama a su pueblo y lo quiere unido, libre, vivo. El pastor prohibe que se estudien y se enseñen las ideas del padre Sobrino, fiel servidor del mismo Dios a quien el pastor sirve. No sabe que cuando lo hace, los campesinos mejicanos miran el cielo y las luces de la ciudad y sienten una pena negra, no sabe que tras sus palabras de implacable corrección teológica el rostro de un pobre se crispará con el dolor de sentirse más solo. El jueves en la tarde en la esquina de Diagonal Paraguay y Portugal un hombre acostado de lado en el suelo se arremangaba los andrajos para meter las manos en un plato de comida, lo miré entero y ví que tenía los pies absolutamente destrozados (por eso no podía ponerse de pie).

Yo he pasado sin verlos, o los he visto y aún así he podido seguir mi camino. No importa cuánto me duela, porque no es mi dolor lo que los sana, lo que los acompaña. Hasta cuándo puede vivirse pretendiendo que nos comunicamos, que tomamos decisiones democráticas por el bien del pueblo, por el bien del hombre; cuando en verdad estamos metidos hasta el cogote en esta puta torre de Babel. Cómo se va a poder vivir tranquilos con amar a nuestra mujer, a nuestros hijos, con nuestra caridad de supermercado, con nuestro patriotismo de impuestos internos; cómo se va a poder vivir. Cuando hay uno que se está muriendo, uno que no puede ya con su tristeza, uno que busca y no encuentra, uno que llama y no se le abre; y yo, en este momento y en este lugar, no lo estoy amando a él. No lo estoy amando a Él.

miércoles, marzo 14, 2007

"no hay nada como tu amor como medio de transporte" (Drexler)


1. Antes me tardaba 40 minutos en llegar al laboratorio, ahora me demoro apenas 27. Es cierto que el metro va más lleno, pero cada vez que me da rabia el calor y la multitud, pienso en que si está más lleno es porque ahora más gente puede usarlo. Se me quita la rabia automáticamente.

2. Por primera vez en mi vida veo que la gente hace filas espontáneas, conversa en el metro, la micro y el paradero, y espera en los paraderos troncales aunque sea tarde, porque sabe que los recorridos nocturnos van a pasar; que se podrán demorar, pero vendrán.

3. Estoy aburrido de los comentarios pesimistas de la prensa y de los opinadores que están convencidos y acostumbrados a que el desastre venda más que las buenas noticias. Para qué decir que estoy aburrido de los análisis simplistas, de los resultados inmediatos, de las tías que son tan de izquierda que lo que haga o piense el gobierno siempre será injusto, elitista, y ayudará a los empresarios a ganar dinero; o bien son tan de derecha que lo que emprenda el gobierno estará mal planificado, será ineficiente, torpe y corrupto. Lo único que hacen es avivarle la cueca a la vieja barsa, al alegador empedernido, hacerle creer que tiene razón, estimularle el individualismo más asqueroso.

4. A propósito del punto 3., el domingo Pirincho Navarrete dijo: "es fundamental que todos entendamos que no siempre la suma de lo que más me conviene a mí y lo que más te conviene a tí, es lo que más nos conviene a los dos. Sin duda que a mí me convendría que la micro pasara en la puerta de mi casa y me llevara hasta el centro, y a tí también. Pero obviamente no nos conviene que la micro ande la mayor parte del recorrido vacía, ni que el aire esté así de contaminado" Aplausos para él.

5. El límite del asco: Piñera, Ossandón, Moreira, etc.
Piñera: ofrece hace unos días varias "ideas nuevas" para mejorar el Transantiago, como "invertir en mejores paraderos, zonas de prepago e infraestructura vial, mejorar la información, rediseñar algunos recorridos e implementar un sistema de monitoreo por GPS". Inmediatamente después de leído eso me pregunto, ¿señor Piñera, me está hueviando?, ¿cree que soy TAN weón que no me he dado cuenta que todo eso ya fue no solo pensado, sino que a veces hasta implementado? Piraña agrega "el Transantiago todavía tiene solución". Asqueroso.
Ossandón: el payaso de la derecha chilena inaugura la sesión de chistes: "en febrero dije que el gobierno tenía un doctorado en improvisación, ahora se sacó un 7 en el examen de grado"...la talla es mala, pero lo peor es que para el doctor Ossandón la capacidad de reacción es lo mismo que la improvisación. Aparte de que el grado de PhD se obtiene previa defensa de la tesis de doctorado, y no con un examen de grado. El doctor Ossandón no sabía eso. Amoroso (y huevón, pero amoroso).
Moreira: se dedica a puro decir que los chilenos han sido humillados por el gobierno con el plan de transporte y que los buses parecen corrales. Usted no sabe lo bueno que es la civilidad, profesor Moreira. Mucho menos sabe lo que es decir la verdad y no tratar de sacar dividendos políticos. El otro día se oyó decir a Coloma: "todos los expertos dicen que el Transantiago está mal diseñado". ¿Quiénes son esos expertos?, porque al menos los que han salido en la prensa de todos los colores han dicho justo lo contrario, así que o estamos confundidos o es usté un feroz farsante. Y entonces, sr. Moreira, ¿qué es esa huevá de "devuélvanle la dignidad que le arrebataron a los santiaguinos"?. Manga de barsas, de indignidades sí que sabe el chileno afiliado a la isapre y la aefepé. Dignidad es que se considere a la ciudadanía capaz de educarse, de transformar su ciudad y su país. Indignante e indignificante es a mi juicio que usté piense en los ciudadanos como una especie de monos a los que hay que acariciar y alimentar para que voten.
Afortunadamente, la consecuencia de esa conducta asquerosa es que NADIE LE CREE NADA. Da lo mismo si la concertación sube, baja o se mantiene en popularidad, la derecha sigue bajando en las Adimark de todos los períodos. Eso significa que el chileno está pensando en que no lo convence el oficialismo, pero que nicagando vota por la derecha. Es evidente que quien mienta, trate de usar todo a su favor y no aporte jamás algo bueno y original al país, NUNCA EN LA VIDA va a ser elegido para gobernar.

6. No es fácil readaptarse, cambiar las costumbres de transporte, los horarios, los recorridos, pero eso da lo mismo. La pregunta importante es si esto es mejor. A ver qué experiencia tiene usté del Transantiago y cuánta fe le tiene a nuestro nuevo transporte público.
Yo confío y hasta ahora me resulta.
Venga, inténtelo.

martes, febrero 20, 2007

en el cubo, la novela

(reporte desde el sur)


Escribo y escribo, como tratando de que no se me escape lo que se me -inevitablemente- escapa. Escribo tratando de asirme a través de la novela al universo material, o por último de asirme a mí mismo a través de la novela, y es atroz saber absolutamente todo el rato que se-me-arranca-el-yo-mismo, que me-me-arranco. Sombras de gente que conozco y que desconozco aparecen en el relato como fantasmas, como resacas de realidad: gente de otras novelas y gente de la novela esta, en la que estamos descritos escribiendo. Es una cosa bien rara todo eso de estar descritos escribiendo, que es como que se concilien los conjuntos con sus respectivos subconjuntos, que volviendo al origen se vuelvan a conciliar. Que se reconcilien. Un pedazo de novela:


Sonó el timbre y la cara de Antonia apareció un poco ovalada cuando Julio la vio por el ojo de la puerta. Él abrió y Antonia apareció sentada en el sillón blanco, preguntando entre otras cosas qué tal, cómo va la vida, cuéntame algo, qué hiciste hoy. La verdad es que no mucho, fui a ver a Valdivieso por un dolor de guata, me puse a llorar como un idiota en el hall del hospital y no me acuerdo de mucho más, creo que después de unas horas se aburrieron de mí y al final me trajo la Magaly en auto hace un rato. ¿Quién es la Magaly? -los ojos de Antonia se clavaban en los de Julio y él estaba paralizado-. Mi secretaria –dijo, soplándole la chasquilla-, no seas celosa (ahora mismo estaba pensando en que se parece bastante a ti). La verdad es que no había en ello ninguna novedad, de hecho podría decirse que todas las mujeres que había amado, y en general todas las mujeres que siquiera habían captado la atención de Julio podían resumirse en Antonia y su chasquilla, su manera de dejarlo plantado cuando él se había deshecho de todos los compromisos formales para verla y, por supuesto, también la manera como lo miraba a veces con una profundidad que a Julio le parecía pura poesía y que a veces venía a dar a la boca de Antonia que le encajaba alguna de esas palabras sencillas e infantiles, dejándolo con la costilla izquierda herida mortalmente. Antonia nunca escribió más de una que otra carta (no le gustaban los correos electrónicos, y siempre le ponía muchísimas estampillas a los sobres), lo suyo eran más bien las artes visuales, pero cada uno de esos objetos anacrónicos y pesados por la cantidad absurda de estampillas estaba lleno de una poesía aguda y sencillísima, dispuestas las palabras en los renglones de una manera que sugería un ritmo propio y con una letra pequeña y asombrosamente parecida a la suya, como siempre.

jueves, febrero 15, 2007

cielo


Llegar y saber que todo el mes ha hecho un sol espléndido y calor tremendo, que no pinta llover, y comentar que uno viene al sur para eso, para que llueva. Lo mismo con haber estado intentando escribir otra vez, tratando de abrir la llave de la escritura para que algo moje mis pies. Ahora estoy escribiendo y lo hago porque no se puede no escribir cuando efectivamente afuera llueve, cuando se abrieron las llaves y llueve agua y letras encima de mis pies, y de mis hombros y de mi cabeza, y del Calafquén entero que se recoge en torno a cada una de las gotas que caen sobre él y hacen figuras en el agua en forma de letras, una en forma de A y otra en forma de C; más allá, lago adentro una con forma de P y una R se entrelazan en un sonido delicioso. No se puede no escribir. Se abrieron las llaves y para eso fue necesario que el cielo se cerrara en una muralla impenetrable, se apretara y empezaran a escurrir como de sus entrañas las gotas que había estado esperando beber todo el año. Uno mira y me acuerdo de una canción horrible de Badi-Ríchar, de la que me sé solamente una palabra, e imitando la voz de Guaripolo respiro la lluvia, el frío, las palabras y canturreo: Cielo.

domingo, enero 21, 2007

grutas varias y lc. 4



Hace unos días estuve bien encerrado en una gruta oscura, de la que solamente me sacaba a ciertas horas afortunadas la voz de novia-Ber. Ella es, como siempre, una tregua contra todo lo otro, lo que hace hundirse las patitas en el sustrato por el que se anda.
La gruta se aclaró con los días y con los intentos serios de llevar hasta ella una buena bombilla de luz artificial, aunque actualmente la presencia de energía eléctrica solamente ha conseguido acumular ruidos molestos. A ello se le puede sumar el agravante de la partida de novia-Ber a un campamento. Hay humo en el interior de la gruta.

Sin embargo basta asomarse apenas de la gruta, e ir por ejemplo a la misa de domingo para constatar que el evangelio de hoy era San Lucas, capítulo 4, versículo cómo-me-voy-a-acordar, en el que nuestro protagonista de la novela va a la sinagoga y saca el pergamino de la lectura, lo abre y lee el pasaje que dice "el espíritu de Dios está sobre mí y me ha ungido para dar la buena noticia a los pobres, anunciar a los ciegos que van a ver, a los cautivos su libertad y a declarar el tiempo de gracia". Como es natural, después de cerrar el libro, todos los judíos de la sinagoga lo miran con cara de y-esto-qué-fue. El joven comienza a hablar diciendo: "hoy se han cumplido estas promesas en frente de ustedes", y se sentó. Brígido. Y mientras hace unos días se necesitaban cincuenta focos halógenos para iluminar la gruta oscura y ultimamente bastante ruidosa, ayer había silencio mientras yo en el Budapest solo-solo-solo leía hasta el final un libro de Kenzaburo Oé, y ahora hay un ánimo inmenso de ir mañana a trabajar, y pensar y cultivar neuronas septales (y pa' que les voy a dar la lata de contarles el experimento de mierda que llevo un año tratando de que resulte y parece que ahora sí, por fin). Y no solo hay ánimo, sino que también una semilla de confianza, de disponibilidad para lo que este Dios brígido ofrezca mañana. Y esta noche me ofreció escribirles a ustedes sobre lucas cuatro, y un par de cervezas, una Kunstmann Bock y una Budweiser. Al otro lado del patio oigo a unos gatitos jugar con los damascos que cayeron del árbol, y entonces, mirando la gruta pienso en el libro de Oé y digo en voz bajita "anunciar a los cautivos su libertad" y suena una especie de crack, y varias cosas se alinean y hacen sentido. Brígido.

lunes, enero 15, 2007

el tortudrilo

Como si fuera el club de la serpiente, no ya en un departamento sucio en París, sino en las Cruces, cerca del mar y de Nicanor Parra; aún manteniendo en mente a los reptiles, escogemos inventarnos uno y reconocer al tortudrilo como una inspiración. O como una espiración.

Hay humo, lápices y pintura en el cónclave. Hay conclusiones anotadas en papeles autoadhesivos pegados en la puerta de calle, y finalmente sobre la puerta del baño, como si fuera la pared de una gruta prehistórica, inscribimos con un stencil la figura del suprascripto animal mitológico y mutante, reptil que habrá de motivar sueños y discusiones de ética y evolución, de política y de estética.

Ya estoy de vuelta en Santiago, y os comparto el rostro del tortudrilo.

viernes, enero 05, 2007

el cronopio se dedicará a ser razonable

Hasta que un día la lupa le revele su límite (el de la lupa), y se dé cuenta que no es una cuestión de aumento, sino de profundidad. Entonces se acordará (te-acordarás-me-acordaré) de lo lindo que se sentía todo con los ojos cerrados y tocarse las caras lindas y jóvenes, y lo lindo que era siempre andarte como buscando, por los pasillos de esa facultad siempre ajena, también eventualmente en la capilla o en los alrededores de la librería. Que las cosas estaban puestas allí para que chocáramos de frente contra ellas y nos matáramos de la risa. Y probablemente también se acordará (te-acordarás-me-acordaré) de lo ingenuas y tristes que eran las primeras canciones y los primeros poemas con los que se inauguraban mis manos de sexto básico. Se acordará (te-acordarás-me-acordaré) de que lo primero que amó fue un olor y una voz, mucho antes de amar el cuerpo o el rostro de alguien. Un olor y una voz que siguieron volviendo bajo formas diversas, como splicing alternativos del mismo código. No será la lupa la que se lo revele, sino la torpeza de la lupa, y verá a través de ventanales mojados que todas las mujeres de su vida lo esperaron, y que fue tan lindo que lo esperaran, con sus manos abiertas, o juntas, pero fundamentalmente esperándolo con las manos. Tan lindo es, que cuando cache cuán lindo se preguntará en qué rechucha estaba pensando y botará la lupa al suelo. Y después la recogerá, eso sí, porque 1. se acordará (te acordarás-me-acordaré) de los incendios forestales y 2. porque es bueno el cilantro pero no tanto.
De lo que no cabe duda es que sentirá nostalgia (y no será una nostalyía, sino la otra palabra en portugués) y se moverá esa tarde por las calles como un objeto verde y húmedo, y estará bien.
Ese día, el día de la lupa, será martes y habrá estado lloviendo toda la noche y toda la mañana. Como a las 4 de la tarde se asomará un sol tímido y las temperaturas serán difícil de definir, sobre todo para él que carecerá de termómetro y otros dispositivos por el estilo.