miércoles, febrero 01, 2006

Santiago frío

Hoy amaneció helado.

Ayer había miles de millones de grados celsius,
y de pronto es como si nos hubieran trasladado a Valdivia,
pero sin mar.

Santiago helado es estar en un muellecito que se adentra en un lago de la décima región con las patitas en el agua que no se mueve.
Es el olor de los caminos que recorrí a pie entre Riñihue y Futrono, es la temperatura exacta del agua de la lluvia intermitente. Caminar entre los arrayanes y los coigües en la patagonia. Ver en el suelo un apurado tornasol con cachitos y agacharse a recoger un ciervo volante.
Es el olor a humo y a tierra fresca. El sendero irreconocible en el bosque.

Lo más entrañable es eso, que el sendero sea irreconocible y no haya más la obligación de seguir un camino. El bosque como una introducción al zen. Donde hay solo el instante, un camino por hacer, sin espectativas, sin búsquedas.

Santiago está helado y yo ando con sandalias y chaleco.
Y ganas de irme al sur.

8 comentarios:

C. dijo...

el domingo ya fue y ya era hora que nos visitara el frío, claro que a esta hora las nubes ya nos avandonaron

c. dijo...

Santiago helado es madrugada con mate frente al mar grande que pinté para extrañarlo más cuando estoy lejos... fui al Jumbo a comprar hierba Cruz de Malta y galletas y cuando venía de vuelta empezó a salir el sol y aceleré para recuperar las nubes que dejé en mi casa... las mismas nubes de Futruno... saludos, c.

antoñita la fantástica dijo...

mmhhhhhh.....
vaya!!!...que ganas de visitar aquello...
Quizás hago prácticas de trabajo social en Talca el año que viene.
Me dieron ganas.

Unknown dijo...

Me dieron ganas de mochilear ¿en qué topamo´h?

Me quedo con el sendero irreconocible en el bosque, sin expectativas, sin búsquedas como dices. "Dónde hay sólo el instante" Y no se trata de un "Carpe diem" sino de la maravillosa contemplación de nuestra existencia desplegada el mundo. Ese mundo al que le hacemos frente día a día.

Recuerdo los manoseados pero no menos implacables versos de Machado: se hace camino al andar. Pero ciertamente es bueno quedarse un ratito.

Un abrazo,
Andrés.

Viv. dijo...

Siempre pienso que voy a encontrarme en mi camino de ida, no lo busco, creo que voy por él.

c. dijo...

ufff... ando lenta como domingo de invierno a la hora de la siesta y no entendí lo del viejo truco ni tampoco vi el puente entre Claudio y yo, saludos, c.

c. dijo...

ufff 2... no hay otro Claudio, no conozco a otro claudio, pero el puente era entre Teillier y yo no entre Claudio y no... voy a tener que revisar Harakiri, porque nunca supe que mis palabras estaban ahí, gracias, c.

pd. voy a tener que visitarte para no latear con el diálogo eterno de los extremos del puente, ¿estás seguro que es Harakiri? ¿qué página?

Froymario dijo...

Me gusta el frío, y por tanto me gusta donde vivo, el clima por lo general es frío y la mayor de las veces es fresco, algunas veces en verano es muy cálido, como una ciudad de playa sin mar, tal cual dices, me gustó lo que escribes... saludos