jueves, febrero 02, 2006

No se oye (golpe tras golpe)

Tiene la boca cerrada que hasta llegan a doler los labios,
el inferior ligeramente mordido y la lengua apretada contra los dientes.
Está convencido internamente de que de sus labios no saldrá nada de nada, ni una sola palabra. Aún sin sus lentes ve claramente la cara de la profesora de matemáticas y la desafía con su mirada rebelde y su altura discreta de sexto básico.

En medio del mareo y el cosquilleo de la asfixia, el milico le saca la cabeza del agua, la profesora de matemáticas desaparece y él inhala sin abrir la boca. Tiene treinta y ocho años y bigote de mirista.

El milico le vuelve a meter la cabeza en el agua y la asfixia lo devuelve a los doce y la clase de matemáticas. El milico lo putea, pero dentro del agua no se oye nada.
Tampoco el milico le oye decir que no va a hablar ni cagando.

Separados por el agua, dos hombres callan.






5 comentarios:

C. dijo...

y como duele

ahoratodostusolo dijo...

A veces, parece mejor morir.

Rabindeciso

Anónimo dijo...

oscar marcelo
me encantan tus post
d todos, creo (no completamente segura) son los únicos q DICEN cosas.
en fin... nosotros los d entonces ya no somos los mismos lo tengo escrito en una carta tuya para mi, q casi son reliquias, d tan viejas se desarman solas.
no se si t acordabas o fue una coincidencia mas
el destino q tu sabes como juega c nosotros dos en duos d a pares
t quiero

hilda dijo...

;)

MaGaStYLe dijo...

::.que frìo , que pena, que rabia, que verguenza


lau