A veces me parece que efectivamente todo concurre a la unidad. Desde chico me puse a pensar qué hacer de mi vida y me costó decidirlo. Aún no sería capaz de renunciar a escribir y componer música por otra actividad pofesional, pero desde muy chico ensayé la decisión de ser investigador científico y estudiar el cerebro. Por supuesto, lo que no sabía era qué diablos hacer para dedicarme a éso, como llegar a esa pega. Pensé en ser médico, dedicarme a las enfermedades neurológicas y ahí tratar de hacer investigación, una cosa como a 12 años plazo, por supuesto. Al final terminé estudiando ciencia básica y a los dos años y medio ya tenía metidas las manos en un laboratorio de neurofisiología. Me salvé de dar la vuelta larga y el círculo se fue cerrando solo y rápido. Es increíble esto de las vueltas. Una mujer que conozco conoció a un tipo actuando juntos en una obra que él escribió, se enamoraron y fueron pareja un buen tiempo. Digamos que no era el momento para ellos, por lo que finalmente la cosa terminó en soledad para cada uno. Alguna vez les oí decir que ya que ahora no había resultado, que ya no había vuelta que darle, estaba bien separarse. Que tal vez volvieran a encontrarse en otras circunstancias. "En París, en 15 años más", bromeaban mientras se aguantaban las ganas de llorar a gritos. No volvieron a verse en algo así como 4 años. Mientras tanto fui testigo de otros círculos, casualidades donde todo concurre a juntarse. Un ejemplo reciente sucedió con un amigo con quien nos conocimos hace algo así como 10 años. Nos hemos encontrado trabajando juntos en distintas instituciones y nos vemos con alguna regularidad. Hace un mes somos concuñados. Nos conocemos hace una década y el círculo se cierra (o amenaza cerrarse) en este nodo en que nuestras pololas son hermanas. Somos casi familia. Todo se junta y se mezcla. Hace poco supe de los que se separaron y no habían vuelto a verse. Ella va a estudiar Francés. Él no tiene planes con París, pero así como van las cosas todo indica que ella ya está haciendo su parte. ¿Quién podría asegurar que determinado momento es el final de algo? Yo no me atrevería. Tiempo hay. Para lo de París, calculo que como 10 años. Tiempo suficiente para que también él aprenda este idioma que ni siquiera sabe pero que lo llama, para que el círculo se cierre. Para que concurran a la cita que se prepara en silencio y sola. Todo se junta. Estoy escuchando un disco muy bueno de Pat Metheny: se llama "First Circle". Quizás hay uno solo y eso es todo.
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3 comentarios:
Saludos Marcelo...otro "First Circle" lo escucho en el album MUNDO de Rubén Blades...
Asi no más es...los círculos se cierran y aunque ello no signifique necesariamente momentos alegres...
no obstante, bien viene hacer el ejercicio de no dejar nada suelto...pienso que de otra forma, no alcanzamos a completarnos, acción necesaria para sabernos más y ser más...
vendré de nuevo por estas calles y si quieres te das una vueltas por mi barrio...
Los círculos se van cerrando...y cuando las cosas tienden a su centro, ya no hay tu tía...
A mi me pasa cada vez más seguido...
Llegué desde otro blog y como estaba Aute me quedé un rato a leer... me gustaron las butacas rojas, las butacas rojas, en general, y el acomodo, en particular... saludos, c.
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