viernes, enero 06, 2006

Costos (o "lo que pasa es que no te importan las cosas")

(mientras lee esto, recomiendo escuchar una canción del grupo chileno SubTerra, llamada "Secretos del Viento")

He descubierto que soy muy exigente con las personas, incluyéndom a mí. La biblioteca está vacía y me tomo un break en el estudio pa'l examen de grado para comentar algo que pudiese ser una idiotez.
Siempre he tenido una inmensa facilidad para extraviar cosas, cuando chico perdí al menos 3 veces el buzo entero del colegio, al menos 4 poleras, chalecos a granel. El celular que tengo ahora me ha durado como 2 años, pero antes de este tuve 8 en 4 años, donde el peak fue entre noviembre del 2000 y marzo del 2001: tuve 3. El límite superior de este don, quizás fue cuando en 8º básico me robaron en campamento mi mochila COM-PLE-TA. Ante todo esto mi papá solía decirme, entre preocupado y con ganas de matarme, que la causa de este mal era que a mí no me importaban las cosas. A lo que yo evidentemente me resistía y le decía que cómo podía pensar éso, que era obvio que sí me importaban.

Si bien las cosas dejaron de huir de mí sin que mi personalidad haya cambiado mucho, veo con la distancia que me dan estos años que mi papá tenía razón. No me importaban las cosas, al menos, quizás, no me importaban suficiente. He ahí la distinción crucial: "no me importaban suficiente". Lo cierto es que no se me puede culpar por el robo de mi mochila scout, pues estaba junto a las mochilas de mis otros 8 compañeros de patrulla y se robaron sólo la mía, pero no es menos cierto que si me hubiera importado especialmente, la hubiese guardado en un lugar más seguro que el resto, de manera que fuese imposible que me la robaran.

Siempre es así. Siempre hay un esfuerzo adicional que puede hacerse, sin importar cuán grandes parezcan los costos que algo tiene, si usted quiere algo, asume los costos y lo tiene. Esa es quizás las esencia mecanística de la libertad.

Por ejemplo, no podemos desconocer la responsabilidad histórica que nos compete a todos en el golpe de estado de 1973 (nada de eufemismos, la huevá fue un golpe) No es posible echarle la culpa a Patria y Libertad, o a Jaime Guzmán, ni siquiera a Pinocho o a Nixon. Cuando los milicos salieron no quisimos mandarlos a la chucha, nos quedamos en casa cagados de miedo, mientras unos pocos hicieron resistencia y fueron asesinados. Pero como sociedad no tuvimos el período de Allende completo y quebramos nuestra historia democrática PORQUE QUISIMOS, o más bien porque no quisimos evitar el golpe "lo suficiente". Es cierto que había filas hasta para mirarse al espejo, que nada garantiza que hubiese terminado todo mejor, pero es totalmente cierto que la cosa terminó como terminó porque no quisimos evitarla, o al menos no lo quisimos lo suficiente.

Un poco heavy el ejemplo, pero es así con todo. No basta con que yo quiera que me vaya bien en este examen de grado, es obvio que lo quiero, tengo que quererlo lo suficiente.

Hace un tiempo hablé con una amiga que veo poco, le propuse que nos juntáramos pronto y me dijo que tiene ganas, pero que es súper difícil, que su pololo se pone celoso. "Ese es un muy alto costo...¿no?", le dije. "Claro -me dijo- va a ser difícil". En ese momento me pareció razonable. Ahora sé que debí haberla mandado a la cresta, ahora después de un par de años, poco importa. Quizás ya no la quiero lo suficiente.

Como a las cosas.
Lo que pasa es que ahora tengo más cueva, por eso no se me pierden.
También es cierto que ahora tengo menos cosas, y me caben casi todas en el bolsillo. Quizás es por éso. Gracias, Papi.

1 comentario:

el doc dijo...

Supongo que el que las cosas importen, pero no lo suficiente marca una gran diferencia.

Me gustaría que tantas cosas en mi vida me importaran lo suficiente, creo que lograría mayores éxitos en vez de sólo cumplir, pero por otro lado, siento cierta alegría de saber que me siento independiente de esas cosas, que podrían no estar.

Curioso tema el que planteas. Y muy buen tema el de Subterra, hace tiempo que no lo escuchaba.

Slds