lunes, enero 30, 2006

señales contradictorias

Si un tumor es onCológico. Entonces lo que yo tengo es un cumor.
El caso es que tengo mareado el ser por el entredeux de los modos de vivir, mareado así como con esas figuritas imposibles, que parecen reales pero que no se pueden fabricar de verdad.


Una mujer escribe de su domingo soleado y lleno de sandía y piscina. Yo le digo que tuve calor pero que estuvo húmedo y lleno de nubes, gris: horroroso. Ella me dice que su domingo soleado, lleno de sandía y piscina, estuvo lleno de angustia. Diablos, pienso yo, al menos el mío fue solo en una dirección: hacia abajo. El de ella estuvo bien y mal, al mismo tiempo. Me ganó, la contradicción es lo peor.

Vengo pensando hace tiempo en esto, en lo que la mitad de mí quiere hacer y la otra mitad se niega. En las señales contradictorias que doy, cuando digo que quiero detenerme, dejar de hacer algo, pero propicio
ocasiones para seguirlo haciendo. Recuerdo escenas en que una rubia me pregunta qué hacer con todo esto y yo le digo que dejarlo hasta aquí nomás, ya basta de hacer tonteras, pero abrazarla y saber que no se puede renunciar tan fácil, que una tensión rasga la piel. Y la rubia es un símbolo de algo que sucede y sucede sin parar, aunque haya sido hace tantos años y yo sea ahora otro, con contradicciones distintas y quizás menos fatales. Sigo dando señales contradictorias y como no me basta con mi mareo y mi dolor de cabeza, contagio de mareos y neurosis a otros, y a todas las cosas.

Quisiera al menos ser una contradicción esencial, como un oximoron, un cartel que diga, "no lea este cartel". Pero no, soy multitud de carteles con instrucciones encontradas indicando a ninguna parte. Quisiera ser como cuando tenía 19 años y después de un encuentro un poco confuso con una hermosa mujer de 26 (que el año pasado se casó, canté en su matrimonio) supe que tenía que darle una señal clara de que lo nuestro no podía seguir. La invité al mismo cine, después a la misma cerveza, pero me mantuve a un metro de distancia y cachó la señal. Después fui consistente, nunca
más pasó nada entre nosotros. Ahora digo una cosa y hago otra, me mareo, me doy vértigo. Me duele la cabeza y me arde el cardias de pensar que la manera de eliminar las contradicciones es reconocer lo que no es, lo que pudiendo ser no es, lo que uno ha elegido para que no sea, que ha dejado atrás. Reconocer que uno vive la vida que eligió vivir y no las otras que dejó atrás. Que "lo que pudo haber sido" no existe.

Si no se queda atrás, lejos,
o cerca,
supongamos que cerca,
pero atrás.

Si esa "otra" realidad ausente
no
muere,

y se hace señales de tránsito.
El mareo, la migraña,
será infinito.

Vea como este dolor del mareo por contradicción puede ser un tumor en la vida. Las dos cosas están íntimamente relacionadas. Bertoni dice: "george gershwin murió a los 34/ migrañas, mareos, tumor"

O quizás cumor.
¿Qué pasa?

domingo, enero 29, 2006

[casatomada]










Siempre hemos querido tomar
nos ciertos sitios. Cuando yo estaba en el colegio, una vez los cuartos medios se lo tomaron de noche: primera experiencia con tomas. Luego no ha habido muchas, estudié en una universidad un poco indolente y pacífica. También un poco fascista, pero hemos hecho lo posible.

Me gusta el concepto de "tomarse", en el sentido de que es agarrar el sitio, pero también es un poco "bebérselo". Me emociona el sentido de apropiación, de hacer nuestro un lugar, un momento, una condición. Como en la "casa tomada" que pone Julio en su bestiario.

Creo que va llegando el tiempo en que hay que recuperar la casa, re-tomársela. Lugares que hemos ido haciendo nuestros con los años, así como lugares que nos resultan ajenos: invadirlos, llenarlos de nosotros, transformarlos.

Desde Marzo nos vamos a tomar todos los sábados la nueva Casa en el Aire del barrio Bellavista, en ese símbolo nos vamos a tomar todas las casas, todos los sitios, todas las calles. Vamos a comenzar por invadir con conciertos de música nueva este bar. Con nuevas caras, nuevas voces. El olor de una música que no existía antes, hasta que uno de nosotros la hizo.

Nos veremos allí.

jueves, enero 26, 2006

Los pasos en las huellas

Cortázar escribe sobre un escritor que persigue a un escritor y luego termina tanto poniendo sus pasos sobre los de él, que no le es posible distinguirlo. Luego yo pongo deliberadamente pasos sobre los de Cortázar, por si acaso.

Por cada paso hay un espacio curvo a penetrar,
por cada cosa hay otra.

Uno intenta e intenta mantener un espacio de coherencia,
de distancia,
y al final lo único que logra es poner los propios pasos sobre las huellas,
de otros o propias pasadas,
temidas,
pero finalmente nuestros pies solo descifran ese camino.



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domingo, enero 22, 2006

cinco extraños hábitos tuyos

(he recibido esto de sietecrisantemos: "(...)El primer jugador de este juego inicia su mensaje con el título "5 extraños hábitos tuyos". Las personas que son invitadas a escribir un mensaje en su respectivo blog a propósito de sus extraños hábitos, deben también indicar claramente este reglamento. Al final, debes escoger 5 nuevas personas y añadir el link de su blog o diario web. No olvides dejar un comentario en su blog o diario web diciendo "Has sido elegido" y dices que lean el tuyo (...)")

He hecho mis averiguaciones y este juego aún no abarca todo el mundo. Al menos no todos los idiomas. Lo he leído en español e inglés, pero no he encontrado versiones en francés o alemán. No he buscado más, disculpen mi poca rigurosidad. En todo caso, la mayor parte de la humanidad habla estos dos idiomas, y la mayor parte de las páginas web -incluso en países germanoparlantes o francófonos- están en inglés, así que no es poco. Bueno, aquí implícitas ya están dos de mis manías horribles, lo de las averiguaciones y no poder quedarse tranquilo sin saber, qué es esto, de dónde viene, quién lo inventó. La segunda es el gusto por las palabras interesantes como "francófono". Es buena. Podría haber dicho que hablan francés, pero no: francófono, superbe. En el fondo soy un latero. Vamos con mis 5 idioteces favoritas:

1. los nombres: Cada vez que conozco recién a alguien, busco la primera oportunidad para preguntarle todos sus nombres. Así escojo la mejor manera -o la que más me guste -de llamarlo. Así, por ejemplo, a la gente con la que trabajo la trato a veces por sus dos nombres, a veces por el que menos usa, y a veces por el apellido. A una de ellas cuando la saludo en la mañana es "Claudia Andrea" y por la tarde es "Señora Escudero". El año pasado hubo una época en que trabajaban en el grupo María Fernanda, María Soledad y María Paulina, lo que hacía muy interesante llamarlas "María". A mi amiga María José, siempre le he dicho por su apellido (ella me dice por mi segundo nombre) A mi polola escasas veces la trato por su nombre (tenemos decenas de alias para elegir), y si lo hago es "Bernardita Paz".

2. los cubiertos: Soy absolutamente incapaz de comer con cualquier cubierto. Necesito que no tenga diseño alguno, que pese lo suficiente y que sea en lo posible de metal sólido y de una sola pieza. Por dar un ejemplo, en mi casa hay al menos 7 tipos distintos de cuchara y yo sólo utilizo 2, que son casi idénticos entre sí. Si me ponen de otro, me levanto de la mesa y lo cambio.

3. las burbujas: Exijo que la gente tenga una cantidad de energía razonable antes de interactuar conmigo. Me pone muuuy nervioso conversar con alguien que está cansado y como atontado, o mañoso. En esos casos prefiero irme rápidamente. Necesito que la gente a mi alrededor tenga burbujitas, esté como en ebullición, o como el agua mineral con gas o la soda, con una energía burbujeante que se les arranca por arriba de la cabeza. Si no, lo paso pésimo. Entiéndase bien, usté puede estar cansado, puede estar incluso deprimido, pero no puede estar idiota, no es lo mismo. Lo que pasa es que tengo una mutación que me hace expresar pocos receptores de idiotez, entonces se me saturan muy rápido.

4. la temperatura: Me gustan las bebidas heladísimas. De 4ºC para abajo. Pero como eso es casi imposible, antes de servirme jugo o gaseosa alguna (de preferencia la gaseosa roja, la del imperio transnacional que vistió de rojo a Niklaus) pongo en el vaso todos los hielos que quepan, que usualmente van entre 7 y 9 (dependiendo del tamaño del vaso y de los cubos) Con eso me aseguro de que la temperatura va a ser practicamente 4ºC, que es -como todos saben- la temperatura de equilibrio de la interfase líquido/solido del agua.

5. sendero en el bosque: Cuando conduzco, sigo siempre las mismas rutas. Si voy al oeste, siempre bajo por Av. Grecia. Si voy al este, mi ruta es algo más complicada: subo por Duble Almeyda hasta Santa Julia, doblo hacia el norte y sigo hasta Simón Bolívar por donde continúo subiendo, por ahí llego hasta Vespucio donde otra vez voy al norte, hasta Las Arañas. Por las Arañas llego a Bilbao, y subo por ahí hasta Manquehue o Tomas Moro, dependiendo de mi destino. A veces claro, sigo por Vespucio. No todo es TAN estricto.

Algunas de mis manías más famosas no tienen nada de raras, una cosa puede ser horrible, incómoda, ofensiva y no me importa, pero si una huevá no suena bien la apago o me voy, por ejemplo a los típicos cantantes de micro torturadores los interpelo (solo porque no puedo apagarlos). Llego siempre tarde a todos lados. Podría poner más, estoy lleno de manías ridículas. Pero creo que con esto basta.

Invito a este baile a Pep, B-Berrie, Clio, Antoñita la fantástica y a Trinita.

Ánimo.

viernes, enero 20, 2006

el nombre de tu nombre


No podía pasar mucho tiempo para que también la música se metiera en todo esto.

Hace un par de días, a propósito de las aniquilaciones comenté esto de signos que no entiendo, sonidos que evocan algo que llevamos tanto tiempo sin oír.

Y como llevo tatuado el ruido de tu mano y llevo marcado el número de veces en que te he buscado, bajo el mantel,
detrás de las cortinas,
en mis ojos cerrados.
En el borde.
Entonces uno no puede quedarse así nomás, tiene que preguntarte insistentemente qué cresta hacer con esto, dónde buscarte, cuál es tu límite.
Al menos cual es tu nombre,
o el nombre de tu nombre.



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Objetos

(la lámpara y esta foto del espejo fueron hechas por Chago Errázuriz,
están en su sitio www.clonazepam.tk)


Nadie te vio, quizás ella un poco, pero poco.

Nunca como para que lo notaras desde adentro. La verdad es que el adentro estaba clausurado, y por eso estabas solo entre la gente que te quería. Nadie te vio.

Eras un objeto, un objeto genial. Un objeto sagrado, maravilloso. Vivo. VIVO, por la mierda. Hasta que se te ocurrió cambiar de forma.

Yo sé que me viste y que te ví. Conozco la muerte de cerca, me la mostró mi viejo. Así como tú conocías de la tristeza que los objetos te confesaban.

Nadie te vio.
Para cuando te buscamos -te busqué, diablos, no te conocía y te busqué-, para cuando te buscábamos ya era tarde. Cambio de forma, río abajo.
Tengo una pena negra y pego acá una foto maravillosa que hiciste. Mira qué cosas terribles.
Los objetos están más tristes. La lámpara hace una reverencia para su señor que ahora goza de vida eterna. No tiene con quien compartir su tristeza. La pego aquí para que la vean, Santiago, para que la vean ahora que tú no puedes mostrarla desde donde estás.

Nos veremos después.

miércoles, enero 18, 2006

afirmar y negar

Me cuesta decir que no, esa es la verdad.
Pero además de ser la verdad es la principal fuente de mis angustias, haberme metido en cada cacho en que tuve oportunidad durante toda mi vida.

Esta mañana pensé que quizás no es solo un problema mío, sino una cosa como de país.
Esto, lo digo como complemento a lo que escribía el otro día respecto a la diferencia entre "querer" algo y "quererlo lo suficiente". También hace falta estar atento a cuando hay que negar, entrenarse en el sano ejercicio de mandar a la cresta las espectativas de otros para atender a criterios más razonables. Eso porque de otro modo hay el inmenso riesgo de vivir la vida de otro. Qué pérdida.

No oigo a la sociedad chilena decir "no" a algo desde el plebiscito, donde ya habían tenido que pasar 17 años y miles de muertos. Mucha agua bajo el puente (y flotando en el agua, cuerpos) hizo obligatorio negarse a prolongar ese infierno.

Quizás es que comparado con eso ya nada nos escandaliza.
Pues tanto más grave.
No creo que falten cosas a las que negarse, con un movimiento de cabeza, al menos. Ojalá con voz firme, decir que no, y usar -qué delicia para los músculos del cuello, tensos y estresados de tanto afirmar- palabras potentes que maticen con fuerza nuestra negativa: inadmisible, escandaloso, impostergable, -y mi favorita- impresentable.

Conozco algunas personas que drenan su necesidad de negativa en las cajas de los supermercados, cuando les preguntan si donarían los 3 pesos a la fundación las Rosas. Me parece una cobardía mayúscula. Háganse ver.

aniquilación


Te veo y no eres solamente tú la que está ahí. Eres un signo de algo que no entiendo.
Eres el código, el sonido de un lenguaje que llevo mil años sin oir.


Te veo y no soy yo el que te ve, es mi intuición de ese código lo que primero te detecta y luego sufre. Un centro del ser que descubre mucho antes que mi cabeza qué diablos quiere decir todo esto.


Trato de señalarte o de señalar el lugar de mi cuerpo que te detecta y sufre. Lo único que logro es acordarme de esas películas de vaqueros donde amarraban a un tipo de varios caballos a sus piernas, brazos y los caballos corrían. El tipo quedaba disperso por al menos 15 kilómetros.


Cerca de mi casa cuando era chico había una animita. Se contaba que había muerto, víctima de la represión de los milicos, una niña que iba en bicicleta. Los tipos de la CNI la habían agarrado y le pidieron información. Ella no dijo nada, no sabemos si debido a su heroismo o porque no tenía nada que decir, pero no dijo nada. La soltaron, pero no sin antes poner una bomba en su mochila. La chiquilla partió en su bici y a unas cuadras del cuartel, cerca de mi casa de cuando era chico. Pum.


Hoy pienso en ella aunque nunca la ví.

Haberte visto, o haber visto ese signo que eres, es una bomba en mi cabeza que ahora me duele pulsátil y mareadora. En cualquiero momento, a unos metros de tí. Pum. Mi cabeza en mil pedazos, una animita sobre mis hombros, en el lugar donde antes había una cabeza.

Estoy aniquilado por la intuición de los signos y lenguajes que traes a mi lengua, a mi labio inferior que me muerdo (torpe intento de desactivar la bomba) Sangro y me meto en la cama para no verte, para no alimentar a la sombra que se come mi cuerpo. Para no aniquilar por completo este que todavía recuerda la animita de San Eugenio, frente a la barraca, con el tórax reventado por los milicos de mierda.

Mi aniquilación ontológica es un chiste.

viernes, enero 13, 2006

círculos


A veces me parece que efectivamente todo concurre a la unidad. Desde chico me puse a pensar qué hacer de mi vida y me costó decidirlo. Aún no sería capaz de renunciar a escribir y componer música por otra actividad pofesional, pero desde muy chico ensayé la decisión de ser investigador científico y estudiar el cerebro. Por supuesto, lo que no sabía era qué diablos hacer para dedicarme a éso, como llegar a esa pega. Pensé en ser médico, dedicarme a las enfermedades neurológicas y ahí tratar de hacer investigación, una cosa como a 12 años plazo, por supuesto. Al final terminé estudiando ciencia básica y a los dos años y medio ya tenía metidas las manos en un laboratorio de neurofisiología. Me salvé de dar la vuelta larga y el círculo se fue cerrando solo y rápido. Es increíble esto de las vueltas. Una mujer que conozco conoció a un tipo actuando juntos en una obra que él escribió, se enamoraron y fueron pareja un buen tiempo. Digamos que no era el momento para ellos, por lo que finalmente la cosa terminó en soledad para cada uno. Alguna vez les oí decir que ya que ahora no había resultado, que ya no había vuelta que darle, estaba bien separarse. Que tal vez volvieran a encontrarse en otras circunstancias. "En París, en 15 años más", bromeaban mientras se aguantaban las ganas de llorar a gritos. No volvieron a verse en algo así como 4 años. Mientras tanto fui testigo de otros círculos, casualidades donde todo concurre a juntarse. Un ejemplo reciente sucedió con un amigo con quien nos conocimos hace algo así como 10 años. Nos hemos encontrado trabajando juntos en distintas instituciones y nos vemos con alguna regularidad. Hace un mes somos concuñados. Nos conocemos hace una década y el círculo se cierra (o amenaza cerrarse) en este nodo en que nuestras pololas son hermanas. Somos casi familia. Todo se junta y se mezcla. Hace poco supe de los que se separaron y no habían vuelto a verse. Ella va a estudiar Francés. Él no tiene planes con París, pero así como van las cosas todo indica que ella ya está haciendo su parte. ¿Quién podría asegurar que determinado momento es el final de algo? Yo no me atrevería. Tiempo hay. Para lo de París, calculo que como 10 años. Tiempo suficiente para que también él aprenda este idioma que ni siquiera sabe pero que lo llama, para que el círculo se cierre. Para que concurran a la cita que se prepara en silencio y sola. Todo se junta. Estoy escuchando un disco muy bueno de Pat Metheny: se llama "First Circle". Quizás hay uno solo y eso es todo.

martes, enero 10, 2006

Don Piñi Piraña


Esto, junto a la carta "Se remata lindo país" del Pedro Lemebel, son lo mejor en opinión política que he visto en los últimos días.

Otro mundo es posible, otro Chile también.

Acomodadores y acomodados


Me parece razonable que cada quien trate de buscar síntesis y verdades personalmente, porque le da identidad a su vida. Uno es lo que elige.

Con lo que yo tendría cuidado es con los nombres que le ponemos a esas síntesis.

Hoy, un ejemplo a propósito de las reacciones ante la liberación de Mehmet Alí Agqa, el tipo que hace más de 20 años le disparó al Papa Wojtyla.

En Las Últimas Noticias viene una entrevista a Coco Pacheco, quien como católico común y silvestre -"no fanático", según sus palabras-, opina sobre la liberación del turco que casi mató a Juan Pablo II. Pacheco estaba en la Plaza de San pedro ese día y, es más, fue uno de los que agarró a Alí Agqa y lo redujo.
Según él, la multitud debería haberlo linchado ese mismo día, "se nos escapó", agrega. Cree que un tipo como ese debería haber sido fusilado o condenado a una cadena perpetua efectiva.

Resulta curioso, sin embargo, que Wojtyla lo perdonó e incluso lo visitó en la cárcel. El pidió oficialmente se le concediera el indulto en Italia para que terminara de cumplir una condena pendiente en Turquía y pudiese alguna vez salir de prisión. Eso, finalmente ocurrió el 2000 y esta semana es liberado en Turquía. Lo más probable es que lo mate algún mafioso con cuentas pendientes, la maquinaria que planeó el asesinato al Papa o algún fanático. La mayor parte del clero guarda silencio, Coco Pacheco luce su deseo de venganza. Solamente un obispo cercano a Wojtyla comentó que estaba contento y que lo tenía muy presente en su oración.

Católicos al peo, nazis farsantes disfrazados, traidores asquerosos acomodados en lugares de prestigio. Lo peor es que los hay en todos los credos: la nueva generación de budistas light, de católicos-a-su-manera, de judíos de apellido que con decir que no son ortodoxos se sienten con la libertad de traicionar todos sus principios. Cada quien elija su fórmula y acomódela a su estilo de vida: ¡no! no cambie nada, no es necesario!...sólo busque buenas explicaciones, como quien vende cualquier cosa. Lo importante es que le ponga un nombre para poder decir "soy conservador", o "defiendo los valores del humanismo cristiano". Acomódese. Qué bien se está aquí, seguro y calientito dentro de una categoría hecha a la medida.

Lo que más me mata es que no solo se trata de acomodarse, sino que esta iglesia mía, con algunos problemas de personalidad, fluctúa entre la castigadora severa y la madre joven que por hacerse la buena onda se vuelve permisiva. Esa no es la vocación de una madre, por la cresta, una madre se opone a lo que considera equivocado. Sabe que también ella puede equivocarse, pero manifiesta confiada su opinión, porque sabe que es para bien del otro.
Pero no, estamos llenos de católicos que no contentos con acomodarse, seguros y calientitos, andan linterna en mano, acomodando a otros en asientos desocupados, donde podamos estar todos tranquilos mirando en la pantalla gigante la comedia de la realidad.

Mira, Coco Pacheco. No te voy a decir eso de pastelero a tus pasteles, porque tienes todo el derecho a opinar sobre lo que se te ocurra. Tienes derecho a vivir, además, tu vida como te plazca. Pero ¿de dónde sacaste que éso es ser católico? Eso que dice en la prensa no es lo que tu iglesia, mamá y profe, te propone. Cristo mismo es el testimonio de que usted debe confiar y perdonar ante todo. La vida se juega en éso, en confiar. Y con esto juro que no estoy dramatizando, cuando digo que la vida se juega en eso, me refiero a que lo estén apuntando con una bazooca y usted confíe, a que le disparen y usted perdone, a que lo crucifiquen y usted llore de pena, de miedo, capaz que hasta de rabia, pero no de venganza, carajo.

Entiéndase bien. Aquí no se trata de que haya una especie de obligación de ser católicos para ser buenos, se trata de consistencia y de decir las cosas por su verdadero nombre. Mal que mal, Chile tuvo un presidente que siendo ateo también confió, que confió en la ley y no se separó de su puesto hasta que entraron a sacarlo. Los esperó con un casco de minero y una metralleta y le dijo al comandante que subió a buscarlo: "traidor". Cuando lo mataron (toda la patrulla disparó sobre él y el último milico le destrozó la cara con la culata del fusil) dicen que oyó una voz amistosa que le dijo: "Qué bueno que no te dedicaste a perseguirme, Salvador"

Pacheco no confía, pero eso da lo mismo. El debe pensar que la delincuencia y la violencia se acaban construyendo cárceles. El debe pensar que es mejor matar a un delincuente que matar a un Papa.

Para los que creen que las cárceles deben cambiarse por escuelas y por sueldos para los profes, que los pobres van a dejar de ser pobres y que otro mundo es posible. Confianza.

Veamos cómo nos va.

domingo, enero 08, 2006

imbecilidad


Un hito en mi vida que no creo que se repita: casi le encontré razón a Fernando Villegas. Ayer leí una entrevista suya muy vieja, siguiendo la costumbre de mi hermano chico de leer prensa atrasada. La diferencia es que él lo hace regularmente, y va como con 6 meses de retraso, de manera que juega al viajero del futuro riéndose de las espectativas de los diarios. Lo mío no tuvo, sin embargo, nada que ver con éso. Fui al baño y me distraje de la humillante labor con la entrevista a Villegas.
Como de costumbre, disparaba pesadeces contra todo, lo que a menudo produce en mí cierta simpatía, aún a pesar de que en general lo considero un guatón facho y figurón. Me da como gusto ver que mantiene la cara seria y se enoja muchísimo al hablar de la estupidez con que se hacen las cosas en nuestro país. Según él, el modo como se dan ciertos procesos históricos en Chile está fuertemente determinado por una especie de imbecilidad basal. Se me ocurrieron al tiro dos evidencias interesantes.

Evidencia primera: Por estos días, cuando falta una semana para las elecciones, la gente habla harto en la calle y en la micro sobre política. He oído muchas cosas realmente sorprendentes, pero me parece especialmente curioso la posición de los numerosos disidentes del sistema que llaman a votar nulo. ¿Cuál es el objetivo de semejante opción? Si votar nulo consiguiera un efecto anulador sobre la elección, sería raro pero sería algo: "nos declaramos incompetentes para decidir entre estas opciones", pero cuando en el sistema no está considerada esa opción, votar nulo al único que anula es al elector. Hay un voto menos en el universo electoral, y el candidato más distinto a su posición aumenta su probabilidad relativa de ser electo.
Esto sin desmedro de que cada quien en conciencia pueda decidir declararse al margen anulando su voto, pero llamar a la gente a anular el voto es sencillamente una imbecilidad que nos puede terminar convirtiendo en un país gobernado por un millonario convencido de que el estado y la empresa funcionan igual (a todo esto, ¿qué pensarán sus profesores de Harvard?)

Evidencia segunda: Respecto al mismo tema, he escuchado gente que piensa en anular o votar por Piñera porque con la concertación viene siendo siempre lo mismo e "igual vamos a tener que seguir sacándonos la cresta trabajando". Eso es imbecilidad en su estado más puro, querer traducir los procesos históricos y sociales en cambios tipo la playa de Lavín o la nieve es consecuencia de la mala influencia que han tenido en la cabeza de la gente los políticos demagogos de mierda, que precisamente eso tienen en la cabeza. La peor consecuencia de las malas y matonescas intenciones de EEUU, el borrado del cerebro ideológico, el peor fraude de los gremialistas deformados convertidos en gremlins: los problemas reales de la gente, el concepto de cambio, la inmediatez.

En mi casa estamos bien convencidos de que Villegas es un idiota, pero es un idiota con algunas buenas intuiciones, como la costumbre de discutir con Paulsen, o de ser el primer ícono televisivo del analista social cara de palo. Lo mejor de todo es que eso es un bonito metálogo (a lo Gregory Bateson) de la idiotez que el mismo denuncia, y en ese sentido es una joyita de la consistencia en el discurso.

Se me ocurren muchas más imbecilidades que comentar con ustedes, pero las dejaremos por ahora. Otro día les cuento de mi discusión con una vieja descarada en la micro que puteó tanto al micrero porque había cometido una idiotez con un viejo que iba tratando de bajar, pero le puso tanto que la tuve que retar por exagerada. Lo más curioso es que se puso a putearme a mí y me calificó de metiche: ¡la muy descarada!, le pedí que me mostrara su invitación y no quiso. Al menos me reí todo el viaje. Y fue largo, venía en una transantiago.

Ánimo

O.

viernes, enero 06, 2006

Costos (o "lo que pasa es que no te importan las cosas")

(mientras lee esto, recomiendo escuchar una canción del grupo chileno SubTerra, llamada "Secretos del Viento")

He descubierto que soy muy exigente con las personas, incluyéndom a mí. La biblioteca está vacía y me tomo un break en el estudio pa'l examen de grado para comentar algo que pudiese ser una idiotez.
Siempre he tenido una inmensa facilidad para extraviar cosas, cuando chico perdí al menos 3 veces el buzo entero del colegio, al menos 4 poleras, chalecos a granel. El celular que tengo ahora me ha durado como 2 años, pero antes de este tuve 8 en 4 años, donde el peak fue entre noviembre del 2000 y marzo del 2001: tuve 3. El límite superior de este don, quizás fue cuando en 8º básico me robaron en campamento mi mochila COM-PLE-TA. Ante todo esto mi papá solía decirme, entre preocupado y con ganas de matarme, que la causa de este mal era que a mí no me importaban las cosas. A lo que yo evidentemente me resistía y le decía que cómo podía pensar éso, que era obvio que sí me importaban.

Si bien las cosas dejaron de huir de mí sin que mi personalidad haya cambiado mucho, veo con la distancia que me dan estos años que mi papá tenía razón. No me importaban las cosas, al menos, quizás, no me importaban suficiente. He ahí la distinción crucial: "no me importaban suficiente". Lo cierto es que no se me puede culpar por el robo de mi mochila scout, pues estaba junto a las mochilas de mis otros 8 compañeros de patrulla y se robaron sólo la mía, pero no es menos cierto que si me hubiera importado especialmente, la hubiese guardado en un lugar más seguro que el resto, de manera que fuese imposible que me la robaran.

Siempre es así. Siempre hay un esfuerzo adicional que puede hacerse, sin importar cuán grandes parezcan los costos que algo tiene, si usted quiere algo, asume los costos y lo tiene. Esa es quizás las esencia mecanística de la libertad.

Por ejemplo, no podemos desconocer la responsabilidad histórica que nos compete a todos en el golpe de estado de 1973 (nada de eufemismos, la huevá fue un golpe) No es posible echarle la culpa a Patria y Libertad, o a Jaime Guzmán, ni siquiera a Pinocho o a Nixon. Cuando los milicos salieron no quisimos mandarlos a la chucha, nos quedamos en casa cagados de miedo, mientras unos pocos hicieron resistencia y fueron asesinados. Pero como sociedad no tuvimos el período de Allende completo y quebramos nuestra historia democrática PORQUE QUISIMOS, o más bien porque no quisimos evitar el golpe "lo suficiente". Es cierto que había filas hasta para mirarse al espejo, que nada garantiza que hubiese terminado todo mejor, pero es totalmente cierto que la cosa terminó como terminó porque no quisimos evitarla, o al menos no lo quisimos lo suficiente.

Un poco heavy el ejemplo, pero es así con todo. No basta con que yo quiera que me vaya bien en este examen de grado, es obvio que lo quiero, tengo que quererlo lo suficiente.

Hace un tiempo hablé con una amiga que veo poco, le propuse que nos juntáramos pronto y me dijo que tiene ganas, pero que es súper difícil, que su pololo se pone celoso. "Ese es un muy alto costo...¿no?", le dije. "Claro -me dijo- va a ser difícil". En ese momento me pareció razonable. Ahora sé que debí haberla mandado a la cresta, ahora después de un par de años, poco importa. Quizás ya no la quiero lo suficiente.

Como a las cosas.
Lo que pasa es que ahora tengo más cueva, por eso no se me pierden.
También es cierto que ahora tengo menos cosas, y me caben casi todas en el bolsillo. Quizás es por éso. Gracias, Papi.

jueves, enero 05, 2006

no me has visto



Yo sé que no me has visto,

que todavía es tarde para todo.

Quizás el tiempo no ha hecho suficiente
y haya que ser más claro, más exacto,
más triste,
menos sabio, más torpe;

más confuso,
menos puntual, incluso (como si se pudiera)
pero quitar de en medio todo lo que no deja vernos

como somos cuando todo se rompe,
a la hora en que faltan las micros,
en que gritan las putas de terror y de hambre,

a la hora en que sueño con pozos donde la gente cae

y muere,

a la hora en que tú también eres una sala de espera

de consultorio,
con Barry White orquestado y el matinal sin volumen.
Y sale del pasillo la muerte, y llama por nuestro nombre:

a esa hora habremos de mirarnos, por fin,
sin nada en medio,
esqueletos auténticos y limpios.

Yo sé que no me has visto,
que sigo siendo anónimo y tú, virgen,
más virgen que la hora previa a todo y que el ocaso.

Yo sé que no me has visto.

Tampoco yo, quizás, he visto nada vivo,
así que cuando en medio de este viento

te veo,

algo en mí cae a su sitio y todo es cierto,
y ya no necesito nada más que tus labios.


Quizá haya que cambiar de ángulo la foto,

no ha sido suficiente el paso de los años,
el ritmo de este ritmo,
mi tiempo torpe, el riesgo.
Yo sé que no me has visto.

martes, enero 03, 2006

caballos y camellos


Explico el juego: Dos filas paralelas. Todos los integrantes de cada fila, mirando hacia adelante, donde un moderador comienza contando una historia a la cual los participantes están especialmente atentos. "Caballo", todos los de la fila de la derecha corren persiguiendo y tratando de atrapar a un miembro de la otra fila, con lo cual su hueste se engrosa. Sin embargo al oírse en la historia la palabra "camello" los papeles se invierten y es la fila de la izquierda la que persigue a su contraparte. Entretenido juego, que puede durar aproximadamente media hora sin aburrir.

En el siglo primero, los cristianos fueron perseguidos por los romanos, metidos en circos, comidos por leones, torturados. Tuvieron que esconderse. La señal de un pez cuya sigla recordaba a Jesucristo fue santo y seña de los rebeldes.

En la edad media la iglesia católica institucionalizó la persecución de lo que se apartase de la norma. Todo lo progresista fue perseguido, encarcelado, torturado y eventualmente quemado. Desde San Ignacio de Loyola hasta los peores satánicos, las brujas, las santas, los filósofos, sabios, homosexuales, lo que fuere.

Cierro los ojos, tomo aire. Cuento la historia: hoy no está de moda ser católico, es practicamente sinónimo de una moral recalcitrante, de una visión del mundo absolutamente medieval. La iglesia se defiende condenando, amenazando. Nos turnamos, caballos y camellos. Los homosexuales, los progresistas, los comunistas se sienten duramente criticados y condenados, pero al revés no es mucho mejor. El revuelo en el mundo que resultó del discernimiento del cardenal Ratzinger como Papa ha abierto la herida de la discriminación en contra de lo católico, llenando de dolor a los caballos que cansados del juego -ya mucho después de la media hora recomendada para entretenerse- no quieren perseguir a nadie, sino criticar con amor, educar. Tampoco callarse, por la cresta, ni tener que caminar sobre huevos para no ofender a nadie, sino interpelar al otro con energía, pero porque se le considera y quiere.


No es verdad que la iglesia sea sorda, desde nuestra perspectiva lo católico tiene pretensiones de universalidad, y una universalidad que sintetiza, no que impone, por éso la iglesia está abierta. La iglesia católica somos los católicos, y los católicos nos sentimos interpelados por el mundo que cambia, acogemos las realidades diversas sin connotaciones morales condenatorias, tratamos de salvar la proposición del otro antes de la nuestra. Exigimos a cambio que los camellos también se salgan o se aburran al menos del juego, exigimos el derecho a interpelar a otro sin que se sienta amenazado. Detrás de todo esto no hay ganas de ser una piedra en el zapato, sino un gesto constructivo.

Esto, a propósito de que si estamos con esto (que he leído abundantemente en blogs, noticias, diarios) de las campañas de desprestigio o desinformación, he aquí una que también merece reclamo, y que lo viene mereciendo por turnos desde hace siglos. Más de media hora.

Ánimo

O.