jueves, abril 06, 2006

vaya como cuesta

Cada mañana todas las ovejas despiertan mirando el mismo sol, pero hay una que voltea y cubre sus orejas y grita fuerte su color. Diablos. Le oyen pero no le oyen, es un estímulo auditivo, quiero decir; pero aparentemente siempre es subumbral. Le escuchan, digamos, pero no le oyen.
Empiezo con todo esto para quejarme de algo así como el diseño del mundo que no soporta los intentos de dedicarse al arte y la ciencia. Estas dos semanas me he dado cuenta que si uno intenta hacer experimentos, discutir inteligentemente en las reuniones de laboratorio, estudiar para las pruebas del doctorado (que duran de 9 AM a 6PM, by de way), postular al FONDART, enviar un demo, organizar conciertos y componer canciones, vivirá con cueva hasta los 25 años. Esos son dos años más de lo que tengo. Diablos.
Todos saben que es tan lindo hacer arte, y todo saben que es tan lindo hacer ciencia. Todos saben, pero se ubican de uno u otro lado. Ovejitas de mierda, gritemos este color negro terrible que nos tiene distinguidos en la masa, agobiados con el tiempo. He sabido de la historia de una oveja en particular que voltea y cubre sus orejas y grita fuerte su color. Se levanta, y como que se le salen colores de los ojos, su alma es de fuego con sueños encendidos, prendidos a su solapa de negra lana. Me la cuenta en una canción mi buen amigo Claudio Martínez, y me dan ganas de mandar todos estos cerebros de rata y todas estas fotos del septum medial (que hay que cuantificar para cuanto antes) a la mismísima rechucha y hacer canciones como las de Claudio y quizás con él.
Sin embargo cuando me junto con músicos (a fines del año pasado en el encuentro de cantautores en Valparaíso, por ejemplo) me descubro científico, pensando en mis amadas neuronitas y sus misterios neurotróficos.
Yo sé que se puede ser ambas cosas, que se puede amar la vida intelectual y estéticamente, desde todo ámbito, y me acuerdo del colega de hace como un siglo, Santiago Ramón y Cajal, que decía que así como los que persiguen mariposas se fascinan con el aleteo colorido, también nosotros hemos hallado en el territorio gris del cerebro unas formas elegantes y maravillosas: las mariposas del alma.
Un registro electrofisiológico es como una música rara, escrita, como mirar una pauta. Todo esto es hermoso, y una especie de pista en esa dirección es que mientras más profundamente sumido estoy en la parte científica de mi vida más músicas vienen a mi mente, esta semana del carajo hice dos nuevas canciones. Eso es algo, es como un pista, como una invitación. También lo es la canción de Claudio, lo que pasa es que el horizonte se puro esconde.
Sí, cuesta, y vaya cómo.

11 comentarios:

andréz canario dijo...

Muchas veces nos desmotiva la falta de interes de los demás; que no escuchan cuando gritamos, y eso hace que nosotros mismos perdamos interes.

Nada de lo que ya se ha hecho parece ser tan dificil como lo que hay por hacer

Anónimo dijo...

"Todos saben que es tan lindo hacer arte, y todo saben que es tan lindo hacer ciencia. Todos saben, pero se ubican de uno u otro lado".

¿Todos saben o todos creen?
Si todos supieran no se ubicarían de uno u otro lado.
Todos creen, por eso se ubican de uno u otro lado.

(¿Todos o algunos?)

(...)

Yo soy la persona que te escribió más abajo y no dio su nombre.
Sinceramente pensé que no responderías...
¿Acaso sería mucho el descaro si dijese mi nombre y ni siquiera supieras quien soy?
Llegué a tus palabras de mera casualidad... pero grata casualidad.

¿Qué es lo que pienso?
Pienso en esa grata casualidad y lo bueno que sería si conversáramos algún día.
Ahora, ya que la respuesta es siempre sí, entonces conversarás o responderás a esto...

P.D: Mi nombre es el de una persona que estudia Filosofía en la UC (o sea tu Univeridad...otra casualidad).
¿Puedo darte mi nombre en un medio más privado?

c. dijo...

tantas nueces sin verlo... creo que se puede, hoy todo se puede, porque es viernes y en la mañana hacía frío por fin y las caras estaban azulosas-azuladas... cuesta y vaya como cuesta, cuesta sobretodo los lunes a las nueve de la mañana y también los viernes en la noche cuando nos juntamos y las otras ovejas lo tienen todo tan claro y siguen y producen y siguen, pero en fin, qué bueno verlo-leerlo, saludos, c.

andréz canario dijo...

¡Cuesta los sábados en la mañana; cuando tienes clases a una hora de tu casa!

Claudia dijo...

Te oyen, me oyen, nos oyen… pero no nos escuchan, no queda otra hay que gritar fuerte los colores, las notas y las palabras
Un gran abrazo y salud por esas dos nuevas canciones

Anónimo dijo...

y si digo sucede, tú que dices?...

Marcelo dijo...

...que SIEMPRE

Anónimo dijo...

qué importa más el nombre o la casualidad?

Anónimo dijo...

soy otro usuario anonimo

Anónimo dijo...

No entiendo nada, hay mucha gente dejando mensajes.

Mary Rogers dijo...

"...no soy de aquí, ni soy de allá"...¿te suena? Más aun en un país en que debes encasillarte en algo para 'ser'. No importa, tienes que integrarte y ser lo que quieras en el momento justo.
Un abrazo
Me encantaría escuchar tus canciones. ¿Puedes mandar algo a claveamericana@yahoo.com ?