El caso es que tengo mareado el ser por el entredeux de los modos de vivir, mareado así como con esas figuritas imposibles, que parecen reales pero que no se pueden fabricar de verdad.


Vengo

Quisiera al menos ser una contradicción esencial, como un oximoron, un cartel que diga, "no lea este cartel". Pero no, soy multitud de carteles con instrucciones encontradas indicando a ninguna parte. Quisiera ser como cuando tenía 19 años y después de un encuentro un poco confuso con una hermosa mujer de 26 (que el año pasado se casó, canté en su matrimonio) supe que tenía que darle una señal clara de que lo nuestro no podía seguir. La invité al mismo cine, después a la misma cerveza, pero me mantuve a un metro de distancia y cachó la señal. Después fui consistente, nunca más pasó nada entre nosotros. Ahora digo una cosa y hago otra, me mareo, me doy vértigo. Me duele la cabeza y me arde el cardias de pensar que la manera de eliminar las contradicciones es reconocer lo que no es, lo que pudiendo ser no es, lo que uno ha elegido para que no sea, que ha dejado atrás. Reconocer que uno vive la vida que eligió vivir y no las otras que dejó atrás. Que "lo que pudo haber sido" no existe.

Si no se queda atrás, lejos,
o cerca,
supongamos que cerca,
pero atrás.
Si esa "otra" realidad ausente
no
muere,
y se hace señales de tránsito.
El mareo, la migraña,
será infinito.
Vea como este dolor del mareo por contradicción puede ser un tumor en la vida. Las dos cosas están íntimamente relacionadas. Bertoni dice: "george gershwin murió a los 34/ migrañas, mareos, tumor"
O quizás cumor.
¿Qué pasa?