viernes, agosto 24, 2007

trasnoche

Puro texto, nada de fotos. Ya estaba bueno escribir algo. Aún cuando son la 1:26 de la madrugada y yo aún no estoy en casa, sino en esta árida habitación blanca, haciendo ciencia de trasnoche. Hay mucha luz porque están todas las luces encendidas. Afuera la oscuridad, al mismo tiempo, disimula el grupo que se amontona junto a un auto de donde salen alternativamente música y botellas. A dos puertas de aquí, el Dr. Sánchez también trasnocha: está viendo Bob Esponja. A esta hora no hay por qué inventar nada para hacer un relato surrealista. En cuanto a mí, ya terminé de sembrar neuronas así que me puedo ir a casa, al menos por un rato, hasta que mañana temprano tenga que volver a esta habitación blanca y así sucesivamente por todavía un par de años más. Las noches surrealistas, en todo caso, casi amortiguan la condena. Camino por el pasillo hacia la salida. El Dr. Sánchez se despide ("buenas noches, capitán") y yo me llevo la mano extendida a la ceja derecha en ademán de milico. Francamente, habría que decirlo, estamos cagados.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

no me sorprende este párrafo, déjame decirte. ya lo veía venir, y es que tu lugar de trabajo tiene algo que aunque mucho tiempo pensé que se definía como "mágico, la palabra correcta es "hipnótico".
por eso doi gracias todos los días de que la ciencia no es lo mío.
pero más agradezco que sea lo tuyo para poder colarme a tu laboratorio de película

Anónimo dijo...

jajajá qué loca se pone la gente cuando no entiende
arquisan.blogspot.com
delaspenasengeneral.blogspot.com
dos buenos buenos (que haya que repetir...) amigos
saludos

Jesusísima dijo...

Hace unos días fue la corrida de los ingenieros en la U. Todos los años hacen esa maratón, quién sabe para qué. Todo estaba cambiado y paralizado por el gran acontecimiento.
Con mis amigos de letras dijimos, casi al unísono "están cagados".
Los pensé un poco.
"No, los cagados somos nosotros. Qué bacán".

Tiempo sin pasar por acá !! ¿Cómo estas?

Bárbara dijo...

Con mi mejor amiga cada vez que nos juntamos y nos contamos nuestras penurias siempre llegamos a la misma conclusión...

¡¡Estamos cagadas!!

Un abrazo.
Llegué hasta tu hogar virtual porque vi que entre tus libros favoritos se encuentra Harakiri...


:)