sábado, abril 22, 2006

la fábula de Chile



1. Hay un conocido chiste respecto a los UDI que cuenta que Dios les estaba dando dos dones a cada ser humano según su país. A los ingleses puntualidad y seriedad, a los franceses romanticismo y buen gusto. A los chilenos les dio ser inteligentes, buenas personas y UDIs. Al descubrir que había sido ligeramente injusto por dar 3 dones a los chilenos en vez de 2, y como Dios no se equivoca, decidió que solo pudiésemos tener 2 a la vez. De modo que si usted es UDI y buena persona, no puede ser muy inteligente. Si es inteligente y UDI, no debe ser muy buena persona. Las personas buenas e inteligentes, como se habrán dado cuenta, no son UDI.
2.
Una especie de tácita ley de sentido común dice que si algo sale en la tele tiene que ser cierto. Con mayor razón si lo que se muestra viene envuelto en el elegante profesionalismo del equipo periodístico de Contacto. Y es innegable si lo que aparece es una mujer joven, tapada por sombras que protegen su identidad, declarando haber sido violada en múltiples ocasiones por un político de familia aristócrata. Por un lado, da oportunidad al público televidente de concentrar todo el dolor y la rabia contra la derecha pinochetista, contra la clase alta, contra los poderosos abusadores y contra la clase política en un solo sujeto. Bien descrito por cierto, manchas en el pubis, manos huesudas, testículos irregulares. Perfecta mierda. Pero aún más interesante que eso es creerle a pie juntillas a esta mujer crecida en la pobreza de las caletas, del hogar de niños, del abuso. Una especie de vergüenza de la opinión pública que busca ser compensada creyendo todo lo que esta víctima de nuestra injusticia, de nuestra incapacidad de sacar a los chilenos más pobres de la miseria, tenga que decir. Creerle es algo así como una obligación moral, una deuda.
3.
El comienzo de la avalancha viene cuando un cura anima a Gema a revelar la verdad. Van a la tele, a los diarios. El cura simboliza una iglesia que echábamos de menos, porque está con la miseria, con los pobres, con el dolor. Jolo es el ídolo metido en un cacho descomunal, pero es un santo curita y no cabe duda que la verdad que defienden caerá por su propio peso. Gema se confunde, las fechas no calzan, Novoa se querella, van a la cárcel, salen de la cárcel, vuelven a la cárcel. Hacen mierda al cura, la Gema es una hueona mentirosa, Jovino es un hijoputa. Lo único que cae son ellos, y ni siquiera por su propio peso.
4. Cuando Gema sale en la Tercera diciendo "Todo es mentira. Todo, todo, todo, todo mentira" no sabemos si la huevá es otra movida de los poderosos dueños de la prensa o si esta jovencita nos hizo pedazos con sus mentiras. Ya no sabemos que creer. The Clinic titula: "Gema Malo". Vuelven a la cárcel. Nadie confía en los pobres, ni en los curas, ni en los políticos. Los pobres siguen siendo pobres porque se lo merecen. Los curas siguen contribuyendo más a la confusión que a la iluminación, sobre todo los curas que se meten con los pobres. Los políticos son todos narcos y pedófilos. Bueno ya, y los curas también. Y los pobres.
5. Todos somos Gema, sociedad mentirosa y contramentirosa. Pedrito-y-el-lobo que ya no reconoce la realidad impuesta de la percibida. Manipulados por los poderes económicos y castigadores (la culpa, la cesantía) ya no sabemos quién cresta somos, qué andamos buscando, qué fue real o no. Eso sí, verdad o no, tenemos la sensación de haber sido vejados por los políticos, estupradores que nos dejaron en manos de isapres y AFPs. Segunda lección, los poderosos siempre tiene razón, siempre zafan.
Jovino es un típico despreciable victimizado, esta vez quizá no estaba involucrado y solo tuvo mala suerte, quizá en el fondo es un tipo inteligente, buena persona, pero ojo: es UDI.
Finalmente, el cura se casa. Ha pedido hace exactamente un mes la dispensa papal para dejar el ejercicio sacerdotal. Dice que este caso no tiene nada que ver, que esto es un discernimiento vocacional. Yo le creo, pero también entiendo que esto es para espantar a cualquiera. A este paso, la iglesia nos abandonará en unos pocos años.


Mi país es una telenovela
,
sus protagonistas: los pobres, los ricos y los curas.
En ella todo es mentira, todo, todo, todo mentira.
Siempre ha sido así. Pero ¿hasta cuándo?

lunes, abril 17, 2006

alivio

Cuando pienso en que alguien no entendió lo que quise decir, en que nadie sabe lo que realmente busco y quiero. Cuando me doy cuenta de que uno está bastante solo y bastante malentendido siempre, mirado de lado, como con sospecha. Cuando me desespero en busca de señal que no llega, por la mierda y ahora qué hacemos, como encontramos el camino pa' adelante o de regreso. Cuando siento que también Dios como que se me arranca por mi negligencia de Adán, de adolescente, de carne molida.

Entonces me acuerdo de Beckett.
Samuel frente a la vida, frente a la muerte, frente a la incomprensión, o al menos a esa sensación de misterio nunca develado en totalidad.
Samuel en frente de Dios: cara arrugada, ojos claros hundidos, fondo negro.

Y me doy cuenta de que no sólo no somos los únicos en sentirnos un signo indescifrable, un código secreto, que no sólo no somos los únicos incomprendidos sientiéndonos un objeto que no se entiende.
Sino que además me siento un poco acompañado.

Y es tan bueno.

jueves, abril 13, 2006

Dios del fracaso

En estos días veo permanentemente la imagen de dos muertos muy queridos. Junto a ellos, me amenazan dos imágenes más. En la primera, mis hermanos lloran en la escalera, mientras yo estoy junto a la cama aún tibia donde mi padre ha muerto. En la otra imagen, muchos años antes pero con una desesperanza parecida, un grupo de hombres y mujeres ven al hijo de Dios clavado en una cruz.

Una huevá que solo puede ser entendida por quien haya pasado por esto, por ver como alguien a quien amamos se muere y caer de golpe a la certeza patente de que somos incapaces de conservar la vida. Vivimos en eso, tratando de estar vivos, y siempre perdemos, fracasados de mierda, en algún momento la entropía nos gana y nos vamos a la cresta. Es un golpe invisible y desestabilizante, una corriente de confusión enorme que marea y te tira al suelo. Y ver a Jesucristo en la cruz, muerto, golpeado, hecho pedazos, es una ampliación de lo mismo. Y peor, también Dios muere, también a él llega este golpe que nos derriba a todos. Así que no sólo somos unos fracasados de mierda, sino que tenemos un Dios que fracasa con nosotros, un Dios del fracaso. Así que parece que estamos metidos en esta oscuridad hasta el cogote. Y quizás más, porque ante la muerte hay como una apertura de la oscuridad hacia los lados y hacia adelante.

Tenga cuidado, ¿no será algo arriesgado amar y confiar en un Dios que fracasa? Ni siquiera es capaz de mantenerse vivo, muere en la cruz y con eso se me ocurre que algo de ese dolor que experimentaban mis hermanos llorando en la escalera al ver a su padre muerto se hace universal.

Pero, y aquí es donde yo ya no sé qué pensar, hay algo muy misterioso que se abre a partir de la muerte. No tengo idea qué cresta es, pero se siente como que mi sangre estuviera atada a algo que ya no está aquí, pero que está allá en algún lado. Un cordelito, digámoslo con esa palabra hermosa, que antes estaba entre yo y mi padre, que se había tejido en los años de su enferemedad, y que cuando se murió no lo sentí cortarse. Lejos de eso, y he ahí el misterio, no sé adónde conduce el cordelito ahora. Si fuera una función, diría que se indefinió, que se fue a infinito, y quizás esa definición matemática es la mejor. Y no se acaba en eso, sino que determina que desde ese momento en adelante, ya no pueda ser nunca más el mismo, que la manera como entiendo la libertad y la confianza se modifiquen definitivamente.

Cuando veo que Dios se muere conmigo, y con mi padre, también este misterio se hace universal, no sé cómo ni pa’ qué. Lo que sé es que algunos puntos en el estómago se me agitan y como que conocieran el camino hacia otro lado, hacia otra cosa. En contacto con ese misterio, no hay nada que pueda hacernos olvidar esa otra cosa, que es algo así como una fuente de vida cualitativamente distinta a la que hay. Al menos yo no puedo olvidarlo.

Yo no sé por qué debería confiar, más bien, me parece que es muy riesgoso creerle a este Dios muerto y fracasado. Me parece muy probable que si le sigo termine muy mal, hecho mierda en una cruz, torturado por los milicos, qué sé yo. Pero hay un misterio inconcebible en todo esto, en que percibo que se juega la vida, y que me da para pensar.

Para pensar de rodillas en la oscuridad, y decir en voz alta cuánto me duele y cuánto no comprendo, y cuánto me dispara al infinito el misterio de la muerte de mi padre. Y la de mi Dios.

jueves, abril 06, 2006

vaya como cuesta

Cada mañana todas las ovejas despiertan mirando el mismo sol, pero hay una que voltea y cubre sus orejas y grita fuerte su color. Diablos. Le oyen pero no le oyen, es un estímulo auditivo, quiero decir; pero aparentemente siempre es subumbral. Le escuchan, digamos, pero no le oyen.
Empiezo con todo esto para quejarme de algo así como el diseño del mundo que no soporta los intentos de dedicarse al arte y la ciencia. Estas dos semanas me he dado cuenta que si uno intenta hacer experimentos, discutir inteligentemente en las reuniones de laboratorio, estudiar para las pruebas del doctorado (que duran de 9 AM a 6PM, by de way), postular al FONDART, enviar un demo, organizar conciertos y componer canciones, vivirá con cueva hasta los 25 años. Esos son dos años más de lo que tengo. Diablos.
Todos saben que es tan lindo hacer arte, y todo saben que es tan lindo hacer ciencia. Todos saben, pero se ubican de uno u otro lado. Ovejitas de mierda, gritemos este color negro terrible que nos tiene distinguidos en la masa, agobiados con el tiempo. He sabido de la historia de una oveja en particular que voltea y cubre sus orejas y grita fuerte su color. Se levanta, y como que se le salen colores de los ojos, su alma es de fuego con sueños encendidos, prendidos a su solapa de negra lana. Me la cuenta en una canción mi buen amigo Claudio Martínez, y me dan ganas de mandar todos estos cerebros de rata y todas estas fotos del septum medial (que hay que cuantificar para cuanto antes) a la mismísima rechucha y hacer canciones como las de Claudio y quizás con él.
Sin embargo cuando me junto con músicos (a fines del año pasado en el encuentro de cantautores en Valparaíso, por ejemplo) me descubro científico, pensando en mis amadas neuronitas y sus misterios neurotróficos.
Yo sé que se puede ser ambas cosas, que se puede amar la vida intelectual y estéticamente, desde todo ámbito, y me acuerdo del colega de hace como un siglo, Santiago Ramón y Cajal, que decía que así como los que persiguen mariposas se fascinan con el aleteo colorido, también nosotros hemos hallado en el territorio gris del cerebro unas formas elegantes y maravillosas: las mariposas del alma.
Un registro electrofisiológico es como una música rara, escrita, como mirar una pauta. Todo esto es hermoso, y una especie de pista en esa dirección es que mientras más profundamente sumido estoy en la parte científica de mi vida más músicas vienen a mi mente, esta semana del carajo hice dos nuevas canciones. Eso es algo, es como un pista, como una invitación. También lo es la canción de Claudio, lo que pasa es que el horizonte se puro esconde.
Sí, cuesta, y vaya cómo.