Al final no pasa nada, o digamos que al final pasa lo de siempre.
Escribo la historia de un olvido como si fuera mía, como si fuera mío (la historia, el olvido), y el final de mi novela no encierra ninguna novedad ("niún-brillo"), más bien se pierde como con fade-out.
Hubo una época en que todas las canciones terminaban con un coro que se repetía hasta extinguirse (y yo siempre subía el volumen para saber cuándo terminaba exactamente la canción) y había una total ausencia del concepto de tan-tán que hoy exijo al escribir. Y esa huevá es igual que la vida (1. al final no pasa nada, 2. se va con fade-out, 3. lo que importa es el entremedio)
Escribir la historia de un olvido (míos ambos) que simule la vida.
Y encontrar una manera de terminarla bien,
o encontrar una manera de terminarla.
Y encontrar una manera,
y encontrar.