Voy a quebrar los cristales del alba cerrada,
voy a morder la distancia.
Voy a partir desnudando las claves del aire
para romper lo que quede de pie.
Voy a cantarle a un sonido
que no existió ni en mi mente,
un grito torpe y esquivo, que no se detiene,
que no se detiene.
Negro fue el día,
abierto de par en par el viento.
Mis colmillos clavándose en la espuma,
en una cosa sagrada y difusa
muy parecida a morderse la lengua,
pero con un dejo callado
de dentelladas dadas contra el aire vacío.
Voy a cantarle a un ruido.
miércoles, enero 19, 2005
Canto Negro
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