viernes, agosto 24, 2007

trasnoche

Puro texto, nada de fotos. Ya estaba bueno escribir algo. Aún cuando son la 1:26 de la madrugada y yo aún no estoy en casa, sino en esta árida habitación blanca, haciendo ciencia de trasnoche. Hay mucha luz porque están todas las luces encendidas. Afuera la oscuridad, al mismo tiempo, disimula el grupo que se amontona junto a un auto de donde salen alternativamente música y botellas. A dos puertas de aquí, el Dr. Sánchez también trasnocha: está viendo Bob Esponja. A esta hora no hay por qué inventar nada para hacer un relato surrealista. En cuanto a mí, ya terminé de sembrar neuronas así que me puedo ir a casa, al menos por un rato, hasta que mañana temprano tenga que volver a esta habitación blanca y así sucesivamente por todavía un par de años más. Las noches surrealistas, en todo caso, casi amortiguan la condena. Camino por el pasillo hacia la salida. El Dr. Sánchez se despide ("buenas noches, capitán") y yo me llevo la mano extendida a la ceja derecha en ademán de milico. Francamente, habría que decirlo, estamos cagados.