Hoy a las 11:00 en punto un número sorprendente de científicos chilenos de todas las áreas, viejos y jóvenes, estudiantes de pre y postgrado, profesores y premios nacionales nos reunimos afuera del edificio de CONICYT, en una manifestación de la comunidad científica chilena actuando políticamente y en bloque que yo no pensé que vería jamás en mi vida.
Más allá de la discusión presupuestaria que gatilló este movimiento, del debate en que realmente nadie entiende cómo se le pudo ocurrir a alguien siquiera sugerir la idea de rebajar los fondos con que cuenta la única institución del estado que con medios precarios intenta financiar la investigación de más alto nivel en nuestro país; más allá del cambio de opinión de los ministros y de la decisión que tiene en sus manos la comisión mixta de presupuesto, me impacta el fenómeno social, la participación, la lección de civilidad.
Había cerca de 400 personas: entre todos facilmente se sumaban como 3200 años solamente de estudios universitarios, por lo menos 20 profesores de más de 70 años, un par de decenas de mujeres embarazadas, 5 ó 6 mamás con sus guaguas, cero desmanes, cero gritos provocadores, un solo discurso: el Dr. Jorge Babul, representante de las sociedades científicas de Chile diciendo "esta no es una manifestación en contra de nadie, es una manifestación EN FAVOR de nuestros amigos de CONICYT, para que se sientan apoyados por la comunidad científica y podamos mostrarle al país la NECESIDAD de invertir más en ciencia fundamental, y no menos. Nos manifestamos aquí no para protestar ante CONICYT, sino porque esta institución es nuestra casa".
Amén.